Después que el diplomático brasileño, Breno de Souza Brasil Días da Costa, fuera expulsado por el Gobierno de Nicargua, por no asistir al aniversario sandinista, el gobierno e Brasil expulsó al la embajadora nicaragüense Fulvia Patricia Castro Matus.
El mes pasado, Costa enfadó al Gobierno nicaragüense al no asistir a las celebraciones del 45 aniversario de la revolución sandinista, lo que provocó amenazas de expulsión y una ruptura diplomática que ahora se espera que se produzca.
Es así que el Gobierno de Brasil decidió este jueves expulsar a la embajadora de Nicaragua en “reciprocidad”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha tenido en el pasado una estrecha relación con Ortega desde 1980, cuando el líder brasileño viajó a Managua para el primer aniversario de la revolución sandinista, una ocasión en la que además conoció personalmente al entonces presidente cubano, Fidel Castro.
Sin embargo, las relaciones se han ido deteriorando desde que Lula trató de mediar el año pasado, a petición del papa Francisco, en la excarcelación del obispo católico y crítico declarado de Ortega Rolando José Álvarez.
Lula declaró recientemente a la prensa extranjera que intentó llamar a Ortega el año pasado, después de que el papa Francisco le pidiera que interviniera, pero el presidente de Nicaragua no aceptó la llamada.
Desde entonces, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil ha mantenido las relaciones con Nicaragua bajo mínimos para atender las necesidades de los ciudadanos brasileños en Managua.
“El día de hoy jueves 8 de agosto, el embajador de Brasil en Nicaragua, don Breno de Souza Brasil Días da Costa, ha salido de nuestro país”, indicó el Ejecutivo nicaragüense en una declaración leída a través de medios oficiales en Managua por la esposa de Ortega y vicepresidenta, Rosario Murilo.
Igualmente, agregó Murillo, la embajadora nicaragüense en Brasil, Fulvia Castro, “está en ruta hacia nuestra Nicaragua, donde se desempeñará como ministra de Economía Familiar a partir de su llegada, y una vez formalizado el nombramiento oficial por nuestro presidente”.
Lula lamentó que eso ocurra con “un tipo que hizo una revolución como la que Ortega hizo para derrotar a (Anastasio) Somoza” Debayle, en 1979, y dijo que hoy no sabe “si esa revolución fue porque quería el poder o porque quería mejorar la vida de su pueblo”.
El presidente brasileño se dijo favorable a que en todo país “haya una alternancia en el poder”, porque es “lo más sano” para una democracia. Según Lula, “cuando un dirigente se pone en la cabeza que él es imprescindible o insustituible, ahí es que comienza a nacer el espíritu del dictador”.
La expulsiones de embajadores ocurren en momentos en que Lula, junto con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y México, Manuel Andrés López Obrador, intentan una negociación para buscar una salida a la grave crisis abierta en Venezuela tras las elecciones del pasado 28 de julio.
Nicaragua es uno de los pocos países de América Latina que ha reconocido a Nicolás Maduro como presidente electo, pese a que las autoridades electorales de Venezuela aún no han presentado las actas de un proceso que la oposición ha denunciado como fraudulento.