El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial (BM), aprobó dos nuevos proyectos por un total de 185 millones de dólares para el fortalecimiento del sistema sanitario y atención de la vulnerabilidad en Honduras, informó este viernes el organismo financiero internacional.
Los fondos estarán destinados para la prestación de servicios a niñas, niños, adolescentes y madres, mejorar las capacidades de su sistema de salud pública, la preparación ante emergencias y consolidar su marco para gestionar desastres y riesgos relacionados con el clima, incluyendo brotes de enfermedades.
“Para el gobierno es una prioridad proteger la salud, el bienestar y la vida de toda la población y estos dos nuevos proyectos apoyarán los esfuerzos nacionales para brindar mejores servicios de salud, especialmente a las poblaciones vulnerables y prepararse para responder mejor en caso de emergencias”, dijo Rixi Moncada, secretaría de Finanzas.
Primer proyecto
El Proyecto de Restauración de Servicios Esenciales de Salud y Avance en la Preparación para Emergencias (RESHAPE, por sus siglas en inglés) de 75 millones de dólares, busca mejorar la utilización de los servicios de salud reproductiva e infantil en regiones prioritarias y fortalecer capacidades del sistema de salud para la preparación para emergencias y, en caso de una crisis o emergencia, responder con prontitud y eficacia.
El proyecto beneficiará unas 3 millones de mujeres en edad fértil, 640 mil menores de cinco años y 600 mil adolescentes de 15 a 19 años con mejores servicios de salud materna, neonatal, infantil y adolescente. La mejorar la capacidad sanitaria para prevenir, detectar y responder ante una emergencia en favor de 10.1 millones de personas.
RESHAPE será implementado por la Secretaría de Salud, será financiado por un crédito 60 millones de dólares otorgado por la Asociación Internacional de Fomento (IDA, por sus siglas en inglés) y una donación de 15 millones del Fondo de Financiamiento Global para Mujeres, Niños y Adolescentes (GFF, por sus siglas en inglés) específicamente para restaurar y proteger los servicios de salud esenciales en medio de múltiples crisis, incluida la pandemia.
El segundo proyecto
El Crédito de Políticas de Desarrollo para la Gestión del Riesgo de Desastres con Opción de Desembolso Diferido por Catástrofes (Cat DDO, por sus siglas en inglés) de 110 millones de dólares, tiene como objetivo apoyar los esfuerzos de Honduras para gestionar su exposición y vulnerabilidad ante eventos adversos naturales y de salud, luego de las crisis por la COVID-19 y las tormentas tropicales Eta e Iota.
El objetivo del Cat DDO es consolidar y ampliar el marco institucional, regulatorio, político y financiero de Honduras para gestionar desastres y riesgos relacionados con el clima, incluyendo brotes de enfermedades, e incorporar la gestión del riesgo de desastres y la resiliencia climática en sectores prioritarios.
Tras el desembolso total del Primer Cat DDO (US$119 millones) en 2020 durante la emergencia de la COVID-19, el segundo Cat DDO dará acceso a recursos de rápido desembolso como financiamiento puente en caso de futuras emergencias.
“La prestación de servicios de salud de calidad a poblaciones vulnerables mejorará la calidad de vida de las familias en Honduras y contribuirá a la acumulación de capital humano. Además, fortalecer las capacidades del país para prepararse y responder mejor ante emergencias ayudará a mitigar los impactos negativos en los medios de vida de las personas y el crecimiento económico”, dijo Boris Weber, representante residente del Banco Mundial en Honduras.
El crédito de 60 millones de dólares otorgado por IDA para el Proyecto de Restauración de Servicios Esenciales de Salud y Avance en la Preparación para Emergencias (RESHAPE, por sus siglas en inglés) tiene un vencimiento final de 30 años, incluyendo un período de gracia de 5 años. El crédito de $110 millones otorgado por IDA para el Segundo Crédito de Políticas de Desarrollo para la Gestión del Riesgo de Desastres con Opción de Desembolso Diferido por Catástrofes (Cat DDO, por sus siglas en inglés) tiene un vencimiento final de 30 años, incluido un período de gracia de 5 años.