Centroamérica crecería 3,9%, mientras a nivel mundial se redujo la perspectiva a 2,9%
El Banco Mundial (BM) mantuvo este martes prácticamente inalterada su previsión de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe este año en el 2,5% (2,3% en abril), pero alertó ante los peligros que supone un escenario de elevada inflación y ralentización de la actividad económica, con riesgo real de estanflación.
A nivel mundial se redujo la proyección de crecimiento a 2,9% desde 3,2% en la proyección de abril.
En su informe actualizado de Perspectivas Económicas Globales, el BM señala que “se prevé que el crecimiento regional se desacelerará marcadamente hasta llegar al 2,5% en 2022, luego de un repunte posterior a la pandemia del 6,7% en 2021. El crecimiento se desacelerará aún más en 2023, a solo un 1,9 %, antes de repuntar ligeramente a un 2,4 % en 2024”.
La desaceleración regional refleja el endurecimiento de la situación financiera, el debilitamiento del crecimiento de la demanda externa, la rápida inflación y la gran incertidumbre en materia de políticas en algunos países. Se espera que el PIB per cápita de toda la región aumente solo un 0,6 % entre 2019 y 2023.
Los precios de las principales exportaciones de América Latina y el Caribe serán sustancialmente más altos en 2022, pero los beneficios para el crecimiento se verán limitados por una respuesta lenta de la producción de algunos productos básicos y por el aumento de los costos de los insumos, incluidos la energía y los fertilizantes.
Las políticas fiscales y monetarias se basarán ampliamente en el crecimiento a corto plazo, a medida que las autoridades monetarias restringen las políticas para combatir la inflación y continúa la retirada del apoyo fiscal relacionado con la pandemia.
Por países, el Banco Mundial prevé un crecimiento del 1,5 % para la mayor economía de la región, Brasil; del 4,5 % para Argentina (tras el descalabro vivido en 2020); del 1,7% para México y del 5,4 % para Colombia. Por su parte, se espera que Perú crezca un 3,1% este año; Ecuador, un 3,7%; Chile, un 1,7%; Uruguay, un 3,3%; Paraguay, un 0,7%; y Bolivia, un 3,9%.
Centroamérica con mejor pronóstico
Se prevé que la economía de Centroamérica se expandirá un 3,9% en 2022 y un 3,5 % en 2023. Esta desaceleración moderada registra la actividad en EE UU, la fuente principal de demanda de exportaciones y remesas. El crecimiento en el Caribe se proyecta en un 6,9% en 2022 y un 6,5% en 2023, favorecido por la recuperación del turismo.
En Centroamérica y el Caribe, las proyecciones del BM son de un crecimiento del 3,4 % para Costa Rica; del 5% para la República Dominicana; del 2,7 % para El Salvador; del 3,1 % para Honduras; del 3,4 % para Guatemala; del 2,9 % para Nicaragua; y del 6,3 % para Panamá. .
Riesgos: el panorama presenta riesgos adversos. Entre ellos se incluyen los efectos indirectos en la región debido a la atenuación del crecimiento mundial, una mayor inseguridad alimentaria y malestar social, una inflación superior a la prevista y tensiones financieras constantes.
Un crecimiento más lento de lo esperado en los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe debilitaría aún más las perspectivas regionales. La escasez global de fertilizantes vinculada a la guerra de Ucrania podría exacerbar el aumento de los precios de los alimentos, lo que provocaría malestar social.
La inflación podría permanecer muy por encima de las metas de los bancos centrales, por lo que sería necesario un endurecimiento de las políticas monetarias más rápido, lo que podría precipitar una desaceleración regional aún más pronunciada.
Además, en un contexto de crecimiento lento y aumento de las tasas de interés en EE UU, la tensión financiera podría afianzarse en algunas economías de la región, especialmente si los encargados de formular políticas no pueden comprometerse de manera creíble con las reformas para impulsar el crecimiento de manera sostenible.