El Banco Mundial anunció que emitió el primer bono del mundo vinculado a la fauna salvaje, recaudando $150 millones que se destinarán en parte a la conservación de los rinocerontes negros en Sudáfrica.
El título de deuda a cinco años pagará rendimientos determinados por la tasa de crecimiento de las poblaciones de dichos animales en dos reservas sudafricanas: el Parque Nacional de Elefantes de Addo y la Raserva Natural Great Fish River.
“El Bono para la Conservación de la Vida Silvestre es el primer instrumento financiero de su clase, basado en resultados, que canaliza las inversiones para lograr resultados de conservación, medidos en este caso por el aumento de las poblaciones de rinoceronte negro”, dijo el Banco Mundial en un comunicado publicado ayer.
Si tiene éxito, el programa podría ampliarse para proteger las poblaciones de rinoceronte negro en Kenia, así como otras especias silvestres como leones, tigres, gorilas y orangutanes, según una propuesta anterior.
Hay cinco especies de rinocerontes en el mundo, la mayoría de los cuales se encuentra en Sudáfrica y casi todos son rinocerontes blancos. El número de rinocerontes negros se ha reducido a unos 2.600, frente a los 65.000 de 1970, y es posible que alguna vez haya llegado a los 850.000, según la documentación del Banco Mundial.
¿Cómo funciona?
En lugar de pagar un cupón, el emisor hará contribuciones para la conservación de los animales y los compradores del bono recibirán un pago del Fondo Mundial para el Medio Ambiente basado en objetivos preestablecidos de crecimiento de la población. Para recibir el pago máximo, la población de rinocerontes deberá aumentar en más de un 4% anual.
“La estructura financiera de pago por éxito protege a una especie en peligro de extinción y fortalece los esfuerzos de conservación de Sudáfrica al aprovechar la infraestructura y trayectoria del Banco Mundial en los mercados de capitales”, dice en el comunicado David Malpass, presidente del Banco Mundial.
Malpass añadió que la iniciativa “puede replicarse y ampliarse para canalizar más capital privado hacia otras acciones de conservación, acciones climáticas y objetivos de desarrollo en todo el mundo”.
Credit Suisse estructuró el bono y actuó como bookrunner conjunto con Citigroup.