La fabricante alemana Audi, miembro del Grupo Volkswagen, llegó a un acuerdo con fiscales de Múnich, según el cual acepta pagar al Estado alemán 800 millones de euros y acepta su responsabilidad en el caso de los motores diésel trucados.
Tras el pago de esta cantidad no habrá recursos y se dará por finalizada la vía judicial del escándalo en lo que a Audi se refiere. Dado que la ley alemana, permite solamente una multa máxima de 5 millones de euros.
El acuerdo suma a esa cantidad los restantes 795 millones en concepto de exacción de beneficios económicos.
En un comunicado emitido por Volkswagen, se informa que “Audi acepta la multa tras un análisis exhaustivo y no interpondrá un recurso”, añadiendo que “Audi reconoce así su responsabilidad en el incumplimiento de sus obligaciones de supervisión”.
Audi acepta así el delito de “desviación de los requisitos reglamentarios” en algunos de sus motores diésel V6 y V8 y sus responsables calculan que, como filial de Volkswagen e incluida en su estado financiero, esta decisión tendrá consecuencias sobre los resultados, reduciendo las ganancias del año fiscal 2018.
Los resultados de la corporación ya se han visto afectados de forma negativa por 1.600 millones de euros derivados de “riesgos legales” anotados por el “dieselgate”.
A principios de octubre los consejos de vigilancia del grupo Volkswagen y de Audi ya dieron su consentimiento para cerrar un acuerdo con Rupert Stadler, presidente de Audi, con lo que se puso fin a sus responsabilidades en la compañía.
El motivo reconocido de esta decisión fue que Stadler, al encontrarse en régimen de prisión preventiva, no podía seguir cumpliendo con sus obligaciones.
En marzo del año pasado la Fiscalía de Múnich adelantó que investigaba a Audi por fraude y publicidad ilegal en la venta en EE UU entre 2009 y 2015 de alrededor de 80.000 vehículos.