Alta desigualdad, una de las trampas que impiden el desarrollo de la región: Cepal

El Secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la región está inmersa en una crisis del desarrollo que se expresa en tres trampas: una de baja capacidad para crecer, una de alta desigualdad y baja movilidad y cohesión social, y en una de baja capacidad institucional y de gobernanza poco efectiva.

“La desigualdad es algo que va en contra no sólo de conceptos básicos de justicia social, sino que es ineficiente para el crecimiento, es corrosiva para la cohesión social y para la estabilidad de los pactos sociales”, señaló el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.

Precisó que el organismo ha identificado cinco factores que son causa raíz de la desigualdad y de la movilidad social.

El primero, apuntó, se relaciona con la desigualdad de ingresos, arraigada en las diferencias sectoriales de los sistemas productivos de la región; es decir, las diferencias entre unos pocos sectores de muy alta productividad y una mayoría con una baja o muy baja productividad.

“Los empresarios y trabajadores en los sectores de alta productividad reciben ingresos y salarios mucho mayores que los empresarios y trabajadores en los sectores en los que la productividad es baja y donde se concentra la mayor parte del empleo y en trabajos informales y de muy baja calidad”, dijo durante su presentación en el “Cuarto Seminario Regional de Desarrollo Social. Protección social y desigualdad: América Latina y el Caribe hacia la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025″.

Salazar-Xirinachs añadió que la desigualdad es muy difícil de combatir en una trampa de baja capacidad para crecer, pues de 2014 a 2023, la región creció solamente, en promedio, 0,8% por año, menos que el 2% por año al que se creció en la década perdida de 1980.

“Tasas muy mediocres de crecimiento hacen muy difícil, por no decir imposible, promover la transformación productiva, reducir pobreza, reducir informalidad, crear empleos de alta calidad y generar los ingresos fiscales para políticas sociales de impacto”, abundó.

Agregó que todo lo anterior apunta a que parte de la solución para la heterogeneidad productiva como causa de la desigualdades ingresos son políticas de desarrollo productivo que dinamicen el crecimiento y reduzcan la grandes diferencias en productividad entre sectores, el dualismo proactivo y estimulen un cambio estructural en la producción y el empleo hacia sectores y empresas de mayor productividad.

Además, abundó, la desigualdad también está asociada a estructura tributarias regresivas y con políticas sociales y de protección social de alcance limitado; es decir, con una fiscalidad y un Estado de bienestar que, en contraste con los países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), no son capaces de compensar la desigualdad arraigada en lo productivo.

El tercer factor de la desigualdad, destacó el funcionario de la Cepal, se relaciona con la educación y la tecnología en el mercado de trabajo, pues un sistema educativo de alta cobertura y de alta calidad puede ser un gran mecanismo de movilidad social entre generaciones y, por lo tanto, para ayudar a reducir la desigualdad.

 “Si los hijos de familias pobres y de clases media baja se educan, pueden conseguir buenos empleos y llegar a tener ingresos mucho mayores que los de sus padres. Esta movilidad social ascendente puede ser un poderoso mecanismo de reducción de la desigualdad, y lo ha sido en diferentes épocas y en diferentes países de América Latina”, mencionó.

Sin embargo, los sistemas educativos en la región no se han desarrollado lo suficiente y en muchos países lo que ha pasado es que se han deteriorado, con altísimas tasas de abandono de la educación secundaria y los que terminan lo hacen con bajos resultados de aprendizaje y donde hay sistema privados, se agudiza la desigualdad.

El cuarto elemento que propicia la desigualdad en la región se relaciona con el género, donde hace falta una provisión de servicios públicos para impulsar la inclusión laboral de las mujeres, como redes de cuidado y salud, que incluyen salud reproductiva y el cuidado de niños y adultos mayores.

El quinto elemento se relaciona con la discriminación y violación de derechos humanos de indígenas y afrodescendientes, entre otros.

En este contexto, la Cepal instó a los países a implementar políticas que aborden la solución de los cinco factores identificados como causantes de la desigualdad, pues su tratamiento individual no resolverá el problema.

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