El Gobierno alemán se ha asegurado, a cambio de una inversión de 300 millones de euros a través del Instituto de Crédito para la Reconstrucción (KfW), el equivalente al ICO alemán, una participación de referencia del 23% en el capital social del laboratorio biotecnológico germano CureVac.
El Gobierno de Estados Unidos había mostrado presuntamente su interés en CureVac, en adquirir en exclusiva los derechos sobre cualquier avance en el desarrollo de una potencial vacuna frente al coronavirus.
Sin embargo, el Gobierno alemán ha acordado su entrada como accionista de referencia en CureVac, con el objetivo de ofrecer a la compañía “seguridad financiera”.
Los planes de ayuda lanzados por los distintos países para intentar paliar la crisis desatada por el coronavirus incluyen entre las medidas aceptadas la ayuda estatal a empresas. Pero no necesariamente siempre se limitan a compañías que temen por la continuidad de su negocio.
Los términos del acuerdo sitúan en un 23% la participación del Estado alemán en CureVac, como resultado de la inyección de unos $337 millones (300 millones de euros) de capital en la empresa.
El Gobierno alemán ha sellado esta alianza con Dietmar Hopp, un conocido empresario alemán, cofundador del gigante SAP, y accionista mayoritario de CureVac con una participación superior al 80% antes de los cambios previstos en el capital de la biotecnológica.
La inyección de capital del Gobierno alemán tiene como objetivo financiar el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus, y otorgar a la empresa “seguridad financiera”.
En las últimas fechas distintos Gobiernos han intensificado sus negociaciones con el sector farmacéutico para ‘asegurarse’ el suministro de vacunas contra el coronavirus.