El Alcalde de Omoa, Ricardo Alvarado, advirtió que con otros ediles vecinos estarían denunciando a Guatemala a escala internacional, por el grave daño ambiental que sigue causando al río Motagua.
Aunque ambos países llevan años buscando una solución para evitar que toneladas de todo tipo de basura inunden las costas hondureñas colindantes con Guatemala, como es el caso de Omoa, los daños persisten.
Alvarado dijo en los 11 años que lleva como máxima autoridad de ese municipio, no ha cesado el daño ambiental, en especial durante la temporada de lluvias.
“Y ahora que estamos esperando que lo recio del invierno en Guatemala es octubre, septiembre, octubre y noviembre, eso nos preocupa, porque no hay bio-barda que detenga estas toneladas de desechos que vienen del Río Motagua y estos vienen directo al mar y el mar pues como no admite nada que no es de él, lo tira a las playas de Omoa, máxime que la corriente marina apunta para eso, entonces, esto es la de nunca terminar”, lamentó.
La inversión en limpieza de las playas es de 1.2 millones de lempiras al año, en una Alcaldía con pocos ingresos.
“Le pedimos al Presidente Juan Orlando Hernández y a la Ministra de Ambiente, que debemos dar por terminada esta situación. Estamos hablando con los colegas alcaldes de la mancomunidad del Golfo, para poder ver como contratar los abogados de alta calidad, derechos humanos, aún de Costa Rica se nos han ofrecido, para poder entablar una demanda a Guatemala por daños y perjuicios al ecosistema, que recordemos que este daños irreversible, es un dalos ecológico terrible”, declaró.
El 25 de junio, autoridades del Gobierno de Honduras, en una reunión con sus pares de Guatemala, en Puerto Barrios, solicitaron la puesta en marcha de “soluciones inmediatas, más eficaces y definitivas” para frenar la contaminación que causa el río Motagua en las costas hondureñas con desechos sólidos.
En Puerto Barrios, Guatemala, los miembros de la Mesa Técnica Bilateral Interinstitucional Permanente volvieron a abordar el tema y Honduras lamentó que las soluciones desde el vecino país “solo han sido paliativas e infructuosas”.
Además, según indicó entonces la Casa Presidencial de Tegucigalpa, Honduras expresó su preocupación por la afectación de los recursos marinos costeros, el daño a la fauna marina, la contaminación microbiológica y los impactos ocasionados a la actividad turística y pesquera del país.
Los daños “han vulnerado los derechos fundamentales a un medio ambiente sano, al trabajo, a la salud y a la seguridad alimentaria de los pescadores y etnias de la zona de Omoa y Puerto Cortés”, según las autoridades hondureñas.
Las lluvias de las últimas semanas han provocado un mayor caudal en el Motagua que derivó en el colapso de la biobarda instalada en la comunidad El Quetzalito, Puerto Barrios Izabal.
La fuerza del agua, así como la cantidad de desechos que arrastraba el río, incluidos grandes árboles, provocaron que la biobarda se rompiera y toneladas de basura continuará su rumbo a las costas de Guatemala y Honduras.