La producción nacional medida a través del Índice Mensual de Actividad económica (IMAE) continua con una senda de crecimiento positiva, mostrando una variación de 5,6% de forma acumulada y 4% interanual.
Sin embargo, el IMAE muestra una desaceleración interanual de casi 50% (10,8% en mayo de 2021), y una reducción de dos puntos al crecimiento en enero de 7,7%.
El comportamiento económico en mayo, estuvo impulsado por las actividades de Intermediación Financiera; Industria Manufacturera; Comercio; Transporte y Almacenamiento; Hoteles y Restaurantes; Construcción Privada; y Telecomunicaciones.
El Banco Central de Honduras (BCH) destacó que estos resultados antes descritos reflejaron que la economía hondureña mantiene su trayectoria de consolidación económica, pese al actual y complejo escenario mundial, que está afectando las cadenas de suministros mediante el alza de los precios de materias primas.
Al comparar la producción acumulada a mayo de 2022 de las ramas de actividad económica, se puede observar que la mayoría de estas han superado los niveles producidos en el mismo período de 2019 (prepandemia); atribuido a la mayor demanda agregada interna, así como el incremento de la demanda externa.
En el caso particular del sector agropecuario, aún no logra superar las secuelas que dejaron las tormentas Eta e Iota a finales de 2020, las que afectaron los principales cultivos agrícolas, a excepción del cultivo de caña de azúcar, que ya superó tanto los rendimientos agrícolas como los industriales.
La actividad de Intermediación Financiera aumentó 15.7 por ciento (6.8% a mayo de 2021), explicado por un mayor margen de ingresos por intereses sobre préstamos (fiduciarios, prendarios y tarjetas de crédito); comisiones por transacciones de tarjetas de crédito y débito, desembolsos de préstamos, giros y transferencias; en contraste, se reportaron menores egresos por concepto de intereses pagados al público sobre depósitos a plazo, dada la baja en la tasa de interés.
Asimismo, seguros y fondos de pensiones -luego de la caída presentada en mismo periodo del año precedente-, logró recuperar los niveles de valor agregado de 2021; dado el crecimiento en los ingresos por primas de seguros en accidentes y enfermedades, incendio y líneas aliadas, y vida colectiva, así como, el alza de las aportaciones recibidas por parte de los institutos de previsión social; y una desaceleración en las indemnizaciones pagadas por parte de las aseguradoras.
Luego de la recuperación de 2021, la dinámica de la producción continúa, reflejada en los pronósticos de crecimiento; aunque existen riesgos asociados a las presiones inflacionarias, altos precios de los combustibles, interrupción de las cadenas globales de suministros y la incertidumbre del conflicto Rusia-Ucrania, concluye el informe.