La economía estadounidense creció en el segundo trimestre al ritmo más rápido en casi dos años, mientras el gobierno revisó al alza su estimación anterior del gasto del consumidor.
El producto interno bruto ajustado a la inflación, que mide el valor de los bienes y servicios producidos en EEUU, aumentó a un ritmo anualizado revisado del 3,8%, según mostró el jueves un informe de la Oficina de Análisis Económico. Esta cifra fue superior al avance del 3,3 % informado previamente y se produjo tras una contracción marcada en el primer trimestre.
La BEA también publicó su actualización anual de las cuentas económicas nacionales, que abarca el PIB y series relacionadas de los últimos cinco años. Si bien incorporó datos originales más recientes y completos, la agencia indicó que no pudo adquirir ciertas estadísticas relacionadas con las declaraciones de impuestos de corporaciones y empresas unipersonales.
El deflactor del PIB -un índice que calcula la variación de los precios utilizando para ello el producto interior bruto- creció un 2,1%, frente a una previsión de consenso del 2,0%.
Las revisiones anuales fueron relativamente menores ya que el PIB real todavía aumentó a un ritmo anual promedio de 2,4% entre 2019 y 2024. Pintan un panorama de una economía que se recuperó rápidamente del shock inicial de la pandemia y desde entonces ha pasado a un período de crecimiento más constante y de tendencia con una inflación persistente.
El Índice de Precios del Gasto en Consumo Personal o PCE subyacente subió un 2,6%, frente a una previsión de consenso del 2,5%.
Datos separados para el mes de agosto, publicados el jueves, mostraron que los pedidos de equipos comerciales aumentaron a un ritmo sólido, mientras que el déficit comercial de mercancías se redujo más de lo previsto. Las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo cayeron a su nivel más bajo desde mediados de julio.
