Se espera que el equilibrio actual entre las fortalezas y los desafíos crediticios persista hasta las próximas elecciones
Moody’s Ratings afirmó las calificaciones de emisor a largo plazo y senior no garantizadas en moneda local y extranjera de Honduras en B1, con perspectiva estable.
Esta es la calificación más alta que Honduras ha recibido desde 2017. La perspectiva estable indica que Moody’s espera que la posición fiscal relativamente sólida y el crecimiento económico constante de Honduras compensen los riesgos inherentes a su bajo desarrollo económico, marco institucional débil y riesgos políticos internos recurrentes.
La posición fiscal es relativamente sólida y el crecimiento constante del Producto Interno Bruto (PIB) real, en contraste con las limitaciones estructurales derivadas de los bajos niveles de desarrollo económico y la debilidad del marco institucional.
Moody’s señala que Honduras ha mantenido déficits fiscales moderados y una carga de deuda baja y estable, lo que demuestra su resiliencia a los shocks. La deuda de las administraciones públicas disminuyó del 54% en 2020 a aproximadamente el 43% del PIB en 2024, respaldada por un sólido crecimiento económico y una infraejecución presupuestaria que ayudó a contener el gasto.
La economía creció un 3,6% tanto en 2023 como en 2024, en línea con su promedio a largo plazo, impulsada por la resiliencia del consumo privado y la inversión. Moody’s espera que el crecimiento se mantenga en torno al 3,5% en 2025-26, moderándose gradualmente con el tiempo en medio de los posibles vientos en contra de las políticas comerciales y de inmigración más restrictivas de Estados Unidos.
Las remesas siguen desempeñando un papel crucial en la economía de Honduras, apoyando el consumo interno y representando alrededor del 25 % del PIB, agrega Moody’s.
La perspectiva estable indica que Moody’s espera que el equilibrio actual entre las fortalezas y los desafíos crediticios persista hasta las próximas elecciones generales de Honduras en noviembre de 2025. El organismo también espera que Honduras continúe cumpliendo con los objetivos de su programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta septiembre de 2026, cuando finaliza su actual programa de tres años del Servicio Ampliado del FMI y del Servicio de Crédito Extendido.
A pesar de estas fortalezas, Moody’s indica que Honduras enfrenta importantes limitaciones estructurales, incluido el pequeño tamaño de su economía (US$37.000 millones de PIB nominal en 2024), niveles de ingreso muy bajos (PIB per cápita de US$7.600 en 2024) y unas instituciones y una gobernanza relativamente débiles. El país también se encuentra entre los más vulnerables del mundo a los desastres climáticos, en particular las sequías y los huracanes.
La polarización política sigue siendo alta en Honduras, y las relaciones contenciosas entre los partidos gobernantes y de oposición limitan la capacidad del gobierno para implementar cambios significativos en las políticas, como la reforma tributaria, el aumento del gasto social y los esfuerzos anticorrupción.
“Entre los factores que podrían conducir a una mejora de la calificación se encuentran la evidencia de una consolidación fiscal duradera junto con la implementación exitosa de reformas que fortalezcan la resiliencia económica, el clima de inversión y las perspectivas de crecimiento”, dice Moody’s.
Por el contrario, el aumento de los parámetros de la deuda debido a un menor crecimiento o a la relajación de las restricciones fiscales podría desencadenar una acción de calificación negativa.
¿Qué significa una nota B1 de Moody’s?
En el sistema de calificación de Moody’s, B1 es una calificación que indica que el instrumento de deuda o el emisor del crédito (una empresa o negocio) tiene elementos especulativos y un riesgo crediticio significativo. En otras palabras, no se considera una inversión deseable debido a la posibilidad de incumplimiento, aunque aún hay una posibilidad de recuperar el capital e intereses.