Ingreso per cápita de Latinoamérica crecerá 1,8% anual en los próximos 10 años: OCDE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentó un nuevo informe sobre el crecimiento de la producción agrícola global, que está impulsada por un crecimiento del ingreso per cápita en el mundo y en América Latina, dato que tendrá un aumento en los próximos 10 años de 1,6% y 1,8% anual, respectivamente.

Lo anterior favorecerá al sector de la agricultura, rubro que verá un aumento mundial de producción de 14%. “Se espera que la producción y el consumo de calorías de productos de origen animal aumenten a medida que aumentan los ingresos en los países de ingresos medios”, se lee en el estudio de la Ocde.

El crecimiento per cápita, que será un impulsor de la producción global de alimentos, será liderado por economías asiáticas emergentes gracias al crecimiento de India, que tendrá una aceleración de 5,4% de su ingreso per cápita. China también favorecerá a los ingresos individuales en la próxima década con un alza de 3,8% anual “en su transición hacia una fase económica más madura”.

Los países de ingresos medios de América Latina también aportarán: el dato de 1,8% supera a la media mundial.

En cuanto a las economías avanzadas, habrá una “ligera” mejora en el crecimiento del ingreso en Europa y Asia Central, mientras que América del Norte experimentará una desaceleración: ambas regiones con un crecimiento de 1,5% anual en los próximos 10 años.

“Se proyecta que el crecimiento del ingreso per cápita se mantendrá por debajo del promedio mundial en 1,1% anual en África subsahariana y 1,3% anual en el Cercano Oriente y el Norte de África”, asegura el estudio.

Los datos anteriores son importantes porque las perspectivas del mercado de productos agrícolas dependen en gran medida de factores macroeconómicos, sociales, y geopolíticos. Una de las variables que muestra el estudio son los riesgos de la seguridad energética, que tienen implicaciones directas para la producción de alimentos.

El aumento de insumos, sobre todo de la energía eléctrica, genera un alza de los precios de los alimentos, que exacerba la preocupación por la seguridad alimentaria en el mundo.

Mathias Cormann, secretario general de la Ocde, aseguró que “se necesitan políticas bien coordinadas para mantener abiertos los mercados alimentarios mundiales, fomentando al mismo tiempo mejoras de productividad a largo plazo y la sostenibilidad del sector agrícola. La Ocde y la FAO pueden apoyar a los responsables políticos de todo el mundo en estos esfuerzos con nuestros datos, análisis y recomendaciones basadas en la evidencia”.

Producción agrícola e expansión

Hasta 2034, se proyecta que la producción agrícola se expandirá 14%. Sin embargo, la Ocde estima que un crecimiento de esta magnitud depende de un aumento de los rebaños de animales y las superficies para cultivos. El estudio es optimista a nivel ambiental y nutricional; se considera que habrá una reducción de 7% de las emisiones de GEI y una erradicación de la desnutrición mundial.

El aumento en la producción de alimentos debe darse bajo una mejora de 15% de la productividad. Para alcanzar el objetivo será necesario una adopción de las tecnologías de reducción de CO2, así como recurrir a la agricultura de precisión; mejorar la alimentación del ganado y la gestión de nutrientes y agua serán claves durante los próximos 10 años.

Entre las principales conclusiones alimenticias se encontró que la producción de cereales crecerá a una tasa anual promedio de 1,1%. Para 2034, 40% del alimento será destinado para el consumo humano y 33% será para la alimentación animal.

El uso de biocombustibles crecerá a una tasa anual de 0,9%, impulsado por el aumento en Brasil, India e Indonesia. Por último, se concluyó que India y los países del Sudeste Asiático representarán 39% del crecimiento del consumo mundial en una década.

La Ocde asegura que la cooperación multilateral y un sistema de producción agrícola sustentado en normas claras son dos maneras fundamentales para paliar posibles interrupciones en la cadena de suministro. El estudio asegura que 22% de los alimentos cruzarán fronteras internacionales antes de llegar a su consumo final. Es importante que los países faciliten los flujos comerciales agrícolas para equilibrar déficits y excedentes de alimentos, así como estabilizar los precios.

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