Igualdad de género en el empleo se alcanzará en 200 años: OIT

El mundo ha avanzado en la incorporación de mujeres al mercado laboral, pero no al ritmo necesario, de mantenerse la tendencia actual, alcanzar la igualdad de género en el empleo tomará dos siglos, estima la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 

En el informe “Las mujeres y la economía: 30 años después de la Declaración de Pekín” el organismo destaca que si bien desde 1991 a nivel global la brecha de género en el empleo se ha reducido 27.1 a 23.1 puntos porcentuales, las mujeres aún mantienen tasas de ocupación más bajas que los hombres. “Al ritmo actual de progreso, alcanzar la igualdad en las tasas de empleo llevaría casi dos siglos”, advierte.

El 46.4% de las mujeres en edad de trabajar está empleada, ese universo es de 69,5% de los hombres. Sin embargo, esta reducción también se explica por un descenso en la tasa de empleo masculino y no es totalmente atribuible a avances significativos de inclusión laboral de mujeres.

“Estas son manifestaciones de profundas barreras estructurales que las mujeres aún enfrentan cuando ingresan y permanecen en el mundo del trabajo, lo que les impide realizar plenamente su potencial”, señala la OIT en el informe.

En ese sentido, destaca el organismo, son necesarias más políticas de empleo con perspectiva de género que garanticen oportunidad de trabajo decente para todos.

¿Qué ha frenado un mayor avance del empleo femenino? De acuerdo con el estudio, el lento avance de la inclusión de mujeres en el mercado laboral se debe a factores como prácticas discriminatorias en el mundo del trabajo (incluyendo el reclutamiento, la remuneración, el avance profesional, el despido y las disposiciones y la cobertura de seguridad social), la violencia laboral y las responsabilidades excesivas y desiguales de las mujeres en materia de cuidado.

En el tema de cuidados, a nivel global se invierten 16.000 millones de horas al día en el trabajo de cuidados no remunerados, el 76% de ese tiempo corresponde a las mujeres. “En todas las regiones del mundo, las mujeres trabajan sistemáticamente más horas que los hombres cuando se tienen en cuenta tanto el trabajo remunerado como el trabajo de cuidado no remunerado. Sin embargo, muchas de sus horas de trabajo no son remuneradas”, destaca el organismo.

“Aunque se han realizado progresos, millones de mujeres siguen enfrentándose a obstáculos persistentes para acceder a un trabajo decente, permanecer en él y progresar. Se necesitan reformas urgentes para abordar la desigualdad en las responsabilidades del cuidado de personas, las diferencias salariales entre mujeres y hombres, y la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, factores que siguen haciendo que los lugares de trabajo sean más desiguales y menos seguros para las mujeres”, dice Sukti Dasgupta, directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT.

La baja participación no es bien recompensada

Y el reto no es sólo sumar a más mujeres al empleo, el mercado laboral castiga el trabajo femenino con una remuneración más baja. La brecha salarial de género es real, y de acuerdo con datos de la OIT, a nivel global las mujeres ganan 22,6% menos que los hombres, una disparidad que se ha reducido 7.4 puntos porcentuales en una década, el organismo lo califica como “un avance significativo”.

Esa brecha salarial también está presente cuando se combina el género con otro factor de discriminación, como la discapacidad. Las personas con discapacidad ya de por sí ganan 12% menos por hora en comparación con trabajadores que no tienen esa condición.

“En una muestra de 14 países para los cuales el salario promedio puede desagregarse por sexo y discapacidad, las mujeres con discapacidad ganan un 6% menos en promedio que los hombres con discapacidad en los países de altos ingresos, y un 5% menos en los países de ingresos bajos y medios”, indica el informe.

El futuro del trabajo, una presión adicional

El reporte también explora el impacto en la igualdad de género en el empleo frente a los avances tecnológicos, el cambio climático y los cambios demográficos, y advierte “si no se gestionan adecuadamente, estas transiciones corren el riesgo de profundizar las desigualdades de género existentes y revertir el modesto progreso logrado hasta ahora.

Por ejemplo, se estima que la inteligencia artificial generativa impactaría al 13% de los empleos en el mundo a través de mejoras, sólo el 2,3% de los puestos de trabajo corren el riesgo de automatización ante los avances de esta tecnología, pero en el caso de las mujeres, es el 3,7% de los trabajos los que están en riesgo de ser desplazados.

De hecho, la potencial automatización de empleos con la IA, aunque es baja, para las mujeres implica el doble de oportunidades en comparación con los hombres de pérdida de puestos de trabajo.

“Los avances tecnológicos bien diseñados y gestionados tienen el potencial de mejorar las oportunidades de empleo tanto de las mujeres como de los hombres, pero también pueden perpetuar los roles y las desigualdades de género tradicionales”, señala el informe.

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