El Instituto de Economía de Mastercard (MEI) ha presentado su informe anual “Economic Outlook 2025”, donde destaca una expansión económica moderada para América Latina y el Caribe (ALC). El documento señala que las políticas fiscales serán clave para enfrentar los desafíos regionales y alcanzar la estabilidad económica.
Según el informe, se espera un crecimiento desigual en la región. Brasil podría experimentar una desaceleración económica, mientras que Chile y Colombia podrían beneficiarse de tasas de interés más bajas. La incertidumbre política podría afectar el crecimiento en México y Perú. Sin embargo, se proyecta que Argentina tenga una fuerte recuperación económica gracias a reformas macroeconómicas y microeconómicas.
El informe destaca la divergencia en la convergencia de la inflación. En Perú, la inflación ya ha alcanzado niveles deseados, mientras que en México, Colombia y Chile, las tasas se sitúan alrededor del 4%, con el objetivo de llegar al 3% en 2025. En contraste, Brasil enfrenta mayores dificultades para alcanzar su objetivo de inflación.
El caso de Argentina es particular: se espera que la inflación baje del 120% en 2024 al 35% en 2025, impulsada por ajustes de políticas fiscales y monetarias. Esta reducción significativa podría colocar a Argentina en una posición más competitiva en la región.
El equilibrio fiscal seguirá siendo un tema central en la agenda económica de los países de América Latina. Brasil enfrenta el reto de consolidar la sostenibilidad fiscal en su esquema macroeconómico. En México, la nueva administración podría requerir nuevas fuentes de ingresos para equilibrar el gasto social con la consolidación fiscal.
Colombia seguirá con sus discusiones sobre reformas tributarias, mientras que Chile mantendrá una política fiscal más equilibrada. Por su parte, Argentina ha llevado a cabo ajustes fiscales significativos, aunque su sostenibilidad a largo plazo aún es un desafío.
La economía de América Latina podría beneficiarse de los cambios en la política comercial de Estados Unidos hacia China. La posible reducción de la dependencia de China Continental podría favorecer a países como México y otras economías de la región. Sin embargo, también se proyectan riesgos por la exposición global y la presión social contra los ajustes fiscales.
Los cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos también podrían impactar en Centroamérica y México, especialmente en el flujo de remesas. Las remesas han sido un pilar de estabilidad para la región, con México recibiendo el 95% de sus remesas de Estados Unidos. Se espera que el crecimiento de las remesas sea del 3% entre 2024 y 2025, impulsado por la digitalización de los pagos transfronterizos.
El consumo en la región también estará influenciado por la innovación y la digitalización. La caída de las tasas de interés y la estabilización de la inflación podrían aumentar la demanda de bienes duraderos, como electrodomésticos, muebles y productos electrónicos. En el sector de viajes, surge la tendencia de los «Travel Twins», destinos más asequibles y menos concurridos, con Bacalar (México) destacándose como alternativa a Tulum.
En cuanto a patrones de consumo, se observa un equilibrio entre valor y lujo. Si bien la mayoría de los países se inclinan por la compra de ropa masiva, México presenta un crecimiento en el gasto en productos de lujo, principalmente por segmentos de mayores ingresos.
El informe también resalta la «SHEconomy», el papel protagónico de las mujeres en la recuperación del empleo. La participación laboral femenina ha crecido en Chile y México, gracias a la creación de empleos en los sectores de salud y educación, así como a las oportunidades de trabajo remoto. Este fenómeno contribuye al crecimiento económico, ya que la inclusión laboral femenina contrarresta las presiones demográficas y mejora los ingresos de los hogares.
El informe del MEI advierte sobre posibles riesgos derivados de las tensiones comerciales globales. La posible imposición de aranceles por parte de Estados Unidos podría afectar las exportaciones de la región. México podría enfrentar mayores desafíos debido a su alta dependencia del comercio con Estados Unidos, especialmente con la próxima renegociación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
En cuanto a las economías basadas en materias primas, como Chile y Perú, la desaceleración de la demanda de China Continental podría representar un riesgo a la baja para el crecimiento regional en 2025.