El millonario presupuesto de la república, proyectado para el próximo año, no cumple con las expectativas de mejora de condiciones sociales de la población y subestima la captación de impuestos a pesar de mantener la misma expectativa de crecimiento económico de este año.
Esta es la evaluación preliminar del Instituto Centroamericano de estudios Fiscales (Icefi), sobre el anteproyecto de presupuesto de 284.405 millones de lempiras, de los cuales 155.570 millones son del Gobierno Central.
¿Menor presión tributaria o ingresos?
El proyecto de presupuesto de ingresos para 2020 asciende a 119.920.3 millones de lempiras en términos nominales, de los cuales un 91.5% provienen de impuestos.
Sin embargo, preocupa la significativa caída de la carga tributaria, que pasa de representar el 18% del PIB en 2019, a tan solo 16,6% en 2020. A criterio del Icefi “no hay justificaciones técnicas que expliquen este desplome de la recaudación”.
Por el contrario, el Instituto lamenta la continuada práctica de subestimar el monto esperado de recaudación “con el fin de tener absoluta discrecionalidad al asignar el destino de gasto público proveniente de los ingresos adicionales que se recauden”.
Dado que estos (ingresos) no estarán sujetos a asignaciones presupuestarias aprobadas por el Congreso. Para el Instituto este tipo de prácticas debilita la confianza en los responsables de la política fiscal y resta credibilidad a las cuentas fiscales.
Los gastos totales considerados en el proyecto de presupuesto para la Administración Central ascienden a 130.469.5 millones, equivalentes al 19,7% del PIB, inferior al 19,9% estimado para 2019.
En su composición, los gastos de funcionamiento reportan reducción de 0.6 puntos del PIB, representando un 13,1% del PIB en 2020; mientras que los gastos de capital muestran una tendencia contraria, al incrementar 1 punto del PIB respecto a 2019, siendo equivalentes a 4,1% del PIB.
Sin embargo, poco se conoce sobre la distribución de estas inversiones en el territorio y el sentido de prioridad utilizado para su determinación.
Al analizar el destino del gasto público programado para 2020, el Icefi observa una reducción en el área de educación, investigación, cultura y actividades recreativas, que pasarían de representar 5% del PIB en 2019 a 4,6% en 2020.
Así como una baja en servicios de salud, que caería de 2,5 a 2,4% del PIB entre 2019 y 2020.
Esta reducción de asignaciones destinadas a la mejora de las condiciones de vida de los hondureños contrasta con la dramática realidad que atraviesan las mayorías (más del 60% de la población vive en condiciones de pobreza) y las demandas hacia el gobierno hondureño para que se detenga la migración forzada principalmente por la carencia de oportunidades, la exclusión y la violencia.
Asimismo, el Instituto advierte que este recorte de gasto perjudicará la garantía de derechos como la educación y la salud, especialmente para la niñez y adolescencia, uno de los grupos más vulnerabilizados.
Déficit real
El análisis de los indicadores macrofiscales muestra que el proyecto de presupuesto para 2020 considera que la Administración Central incurrirá en un déficit fiscal de 1,6% del PIB, superior al 0,3% del PIB estimado para el cierre de 2019.
Sin embargo, al incorporar al análisis el traslado de recursos a los fideicomisos ―lo que permite conocer más apropiadamente el comportamiento del sector fiscal―, se hace notar el incremento del déficit del proyecto de presupuesto para 2020, el cual ascendería a 3,6% del PIB, por encima del 2,1% estimado para el cierre del presente año, denotando un deterioro de las cuentas fiscales.
Por su parte, el saldo de la deuda pública de la Administración Central, de acuerdo al proyecto de presupuesto sería de 48,5% del PIB, inferior al 49.4% de 2019.
Sin embargo, el Icefi señala que el servicio de la deuda seguirá siendo la partida presupuestaria más grande, representando casi un tercio del proyecto de presupuesto 2020.