Un submarino de propulsión nuclear y una fragata de la marina rusa llegaron hoy al puerto de La Habana, en una escala que Estados Unidos y Cuba dijeron que no representa una amenaza pero que es vista como una muestra de fuerza de Moscú en medio de tensiones por la guerra de Ucrania.
Pequeños grupos de pescadores, curiosos y policías situados en el paseo marítimo del Malecón de La Habana recibieron a los imponentes buques bajo un cielo nubladomientras pasaban cerca del Castillo del Morro, una fortaleza colonial ubicada a la entrada del puerto habanero.
La imponente fragata “Almirante Gorshkov” fue el tercer navío en entrar al puerto habanero, seguido del submarino de propulsión nuclear “Kazan”, con su tripulación en cubierta, acompañado de un remolcador que había arribado más temprano.
Los cuatro buques rusos llegaron a Cuba después de realizar ejercicios con “misiles de alta precisión” en el Océano Atlántico, dijo el miércoles el Ministerio de Defensa de Rusia.
Cuba dijo la semana pasada que la visita era una práctica habitual de buques de guerra de países amigos. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla señaló que los barcos no eran portadores de armas nucleares, un punto del que se hicieron eco los funcionarios estadounidenses.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo el miércoles a periodistas que se está monitorizando de cerca la situación en Cuba y agregó que esos ejercicios eran de rutina. “Hemos visto este tipo de cosas antes y esperamos volver a verla”, señaló.
La Habana está situada a solo 160 kilómetros de Key West, Florida, donde se encuentra una Estación Aérea Naval de Estados Unidos. La visita se produce mientras el Gobierno del presidente Joe Biden analiza hasta dónde puede llegar para ayudar a defender a Ucrania contra Rusia.
“Los buques de guerra rusos son la forma que tiene (Vladimir) Putin de recordar a Biden que Moscú puede desafiar a Washington en su propia esfera de influencia”, dijo William Leogrande, profesor de la American University.
La escala coincide con la peor crisis económica de Cuba en décadas, con escasez que va desde alimentos, medicinas y combustible, además de apagones.
“Eso (…) tiene ecos de la Guerra Fría, pero a diferencia de la primera Guerra Fría, los cubanos se sienten atraídos por Moscú no por afinidad ideológica sino por necesidad económica”, afirmó.
La historia cobra gran importancia en Cuba, especialmente cuando se trata de Rusia y de su predecesora la Unión Soviética.
La crisis de los misiles en Cuba estalló en 1962, cuando la Unión Soviética respondió al despliegue de misiles estadounidenses en Turquía enviando misiles balísticos a la isla, provocando un enfrentamiento que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear.
Moscú y La Habana están fortaleciendo una vez más sus vínculos. En marzo, Rusia entregó 90.000 toneladas métricas de petróleo a la isla para ayudar a aliviar la escasez mientras ha prometido cooperar con La Habana en proyectos que van desde la producción de azúcar hasta la infraestructura, la energía renovable y turismo.
Los buques del destacamento naval de Rusia permanecerán en Cuba hasta el 17 de este mes.