Microsoft Corp. anuncia el fin de Skype, el emblemático servicio de llamadas y chat por internet que compró hace casi 14 años por $8.500 millones.
Skype, que en su momento fue sinónimo de llamadas digitales sin gastos de larga distancia, se ha visto superado en los últimos años por las aplicaciones de comunicación nativas para smartphones y las videollamadas de Zoom. Cuando Microsoft intentó extender la marca Skype al lugar de trabajo, perdió frente a Slack Technologies Inc.
La respuesta de Microsoft fue empezar de cero y crear Teams, un servicio de comunicación por chat, voz y video para el lugar de trabajo, que ganó terreno como parte de su paquete de software. La empresa de Redmond (Washington) ofrecerá a los usuarios de Skype la opción de migrar a Teams, que ahora es su rival más fuerte frente a Slack, propiedad de Salesforce Inc, antes de que cierre en mayo.
“He estado en Microsoft durante más de 30 años, y hay mucho software que hemos hecho que fue increíblemente valioso en su era, y luego llegó la siguiente era y fue la base”, dijo Jeff Teper, uno de los presidentes de Microsoft que supervisa las herramientas de comunicación y colaboración.
Microsoft dijo que en 2016, Skype tenía más de 300 millones de usuarios mensuales, pero su recuento de usuarios diarios se había reducido a 36 millones en 2023. Teams, en comparación, ha aumentado a 320 millones de usuarios mensuales.
Fundada en 2003 por empresarios nórdicos, Skype fue en su día propiedad de eBay Inc. y estaba en manos de un consorcio de capital riesgo cuando Steve Ballmer llamó a la puerta.
El entonces jefe de Microsoft hizo una apuesta inusualmente llamativa por el líder del mercado de llamadas en línea, pagando US$8.500 millones, una prima de 40% sobre la valoración interna de Skype. La operación de mayo de 2011 fue la mayor adquisición de Microsoft en aquel momento, y Skype se convirtió en una pieza clave de su estrategia para la emergente era móvil.
No salió como Ballmer esperaba. Nuevas empresas como Telegram, Snapchat, WeChat y WhatsApp resolvieron problemas que Skype no solucionó. El enfoque de Microsoft en software corporativo acabó por atrapar a Skype, que se encontró en la división de Office y con órdenes de crear herramientas orientadas a un público tanto laboral como de consumo.
Cuando Slack entró en escena, los usuarios de Skype se quejaban de que algunos elementos de la experiencia básica habían empezado a fallar. Citaban llamadas perdidas o fantasmas y fallos a la hora de sincronizar información en distintos dispositivos. La empresa trabajó para mejorar la fiabilidad del servicio, pero algunos usuarios fieles se desanimaron por los frecuentes rediseños, incluido un efímero intento de adaptar Skype al formato de Snapchat.
El fabricante de Windows está cerrando Skype para centrarse en el desarrollo de nuevas funciones para Teams, incluidas herramientas de inteligencia artificial, dijo Teper. La compañía está trabajando para infundir la IA en su suite de productos, al tiempo que mantiene un control sobre el gasto que no forma parte de ese esfuerzo. Está reasignando personal que había trabajado en Skype a otras áreas de la empresa y no despedirá a nadie, añadió Teper.