La unidad de inteligencia de The Economist publicó un informe de previsiones sobre cómo será la dinámica de la demanda energética en el mundo para este año.
El estudio revela que la demanda global de energía durante este año aumentará 1,8% siendo jalonada especialmente por aquella proveniente del gas, del carbón y del petróleo y poniendo en evidencia que la transición a energías renovables aún parece lejos de llegar a las economías desarrolladas y en vía de desarrollo.
Sin embargo, también se estima que la producción de hidrógeno como fuente de energía continúe creciendo en la Unión Europea, China e India.
Se prevé que el crecimiento más pronunciado en la demanda energética se dé en Asia con un alza en esta área de 3,1% en comparación con 2023 pero descienda hasta 2,4% el próximo año. Así mismo, si las altas temperaturas en Medio Oriente y África subsahariana persisten (como lo sucedido en países de Sudamérica como Colombia y Chile), la demanda de energía no tenderá a bajar por el uso continuo del aire acondicionado.
Generación convencional
A pesar de los compromisos adquiridos por las naciones en el Acuerdo de Paris sobre la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero para contrarrestar los efectos del calentamiento global, se estima que la demanda de energías no renovables como las derivadas del carbón, el petróleo y el gas no caigan y, por el contrario, alcancen una cifra récord este año.
De estas tres, la que menos se espera que crezca es la del gas por el alto precio de esta (crecimiento de 1,2% frente a 1,7 de petróleo y 2% estimado de carbón); con ello, las estimaciones apuntan a que difícilmente la demanda vuelva a los niveles previos a la guerra en Ucrania.
Las previsiones de The Economist apuntan a que la región que más demandará de la energía producida por el gas este año serán Asia, Medio Oriente y África (3% y 2,3% para las últimas dos). En cambio, las dos que menos lo harán serán Europa y Sudamérica con 0,4% y 0,7% respectivamente. Para Norteamérica se espera que esta sea menor que la demanda de 2023 por la vigente dependencia de la energía producida por el combustible fósil.
Con respecto a la demanda proveniente del carbón, los gobiernos tenderán a optar por este tipo de energía en aras de conservar la seguridad energética, siendo 2024 el cuarto año consecutivo de crecimiento en la demanda que, se espera, se prolongue hasta 2026.
Pese a ser el país de mayor inversión en energías renovables del mundo, China se perfila como la mayor demandante de energía proveniente del carbón para 2024. Según Global Energy Monitor, la producción de carbón alcanzó una cifra récord el año pasado con 4.660 millones de toneladas métricas producidas, 2,9% más que lo registrado en 2022. En contraste, se espera que en Francia y el Reino Unido se supere la necesidad de energía de este tipo en pro de la implementación de energía solar y eólica.
En cuanto a la producción de energía a partir de combustibles fósiles, se espera que la demanda de este crezca 1,7% en comparación con lo hecho en 2023. A pesar de la caída mundial en los precios del crudo en 2022, se estima que para 2024 los precios se mantengan altos a medida que uno de los mayores de petróleo del mundo y miembro de la Opep, Arabia Saudi, haya decidido frenar la producción del mismo. De la misma manera, Rusia también anunció el recorte en las exportaciones de crudo hasta 300.000 barriles diarios hasta diciembre de este año.
Asia y Sudamérica serán las regiones del mundo en las que demanda de petróleo sea más alta en 2024. En comparación con los registros de 2023, se espera que este rubro crezca 3,8% y 3,2% respectivamente. Sin embargo, la tendencia muestra que la demanda en todo el mundo caería en relaciones a las previsiones para este año.
El futuro de las renovables
Las energías solar y eólica llevarán la delantera este año en términos de las regiones que implementarán energías renovables, se estima que la demanda de ambas crecerá 11% en relación a los registros de 2023 y se espera que esta continúe su tendencia al alza a medida que los costos de producción de esta energía bajen. Sin embargo, se espera que los altos costos financieros y los bajos precios de subasta desafíen el éxito de estas en los próximos años.
En consonancia con los esfuerzos de inversión de China en energías renovables, principalmente, se estima que su producción (medida en Gigavatios) alcance un estimado de 800 GW por energía eólica y 1.200 GW por energía solar en 2030.
Finalmente, otra de las alternativas de energía renovable que tendrá un impulso especial en los próximos años sea la producida por el hidrógeno. Aunque por ahora la mayor parte de la producción se centra en el hidrógeno gris (apoyado por los combustibles fósiles), con una mejor en la inversión en el proceso de hidrólisis hará que la producción de hidrógeno verde crezca.
En Norteamérica se espera la producción de al menos 40 millones de toneladas de hidrógeno verde para 2050, que en la Unión Europea se acerque a 10 millones de toneladas para 2030 y en China se espera que con la producción de 200.000 metros al año, se supla la demanda de energía de al menos 50.000 vehículos que se mueven gracias a la fuerza del hidrógeno para 2025.