El lento crecimiento global, un mayor riesgo de que los prestatarios incumplan sus préstamos y la presión sobre la rentabilidad implican que los grandes bancos del mundo enfrentan una perspectiva negativa en 2024, proyectó este lunes la agencia de calificación crediticia Moody’s.
Los aumentos de tasas de interés por parte de los bancos centrales y el creciente desempleo en las economías avanzadas debilitarán la calidad de los activos, dijo Moody’s Investors Services en un informe de perspectivas, y añadió que las exposiciones de la industria inmobiliaria en Estados Unidos y Europa planteaban un riesgo creciente.
También es probable que continúen las tensiones en los mercados inmobiliarios de la región de Asia y el Pacífico, según el informe.
Los grandes prestamistas han reportado desempeños mixtos este año, ya que sus ingresos de consumo se han beneficiado de tasas más altas fijadas por los bancos centrales para frenar la inflación, al mismo tiempo que los ingresos de la banca de inversión se han visto afectados por una profunda caída en la actividad de intermediación.
Moody’s dijo en su informe que esperaba que el dinero siguiera siendo escaso el próximo año, reduciendo el crecimiento económico incluso cuando se espera que los bancos centrales comiencen a recortar las tasas.
El crecimiento de China también se desacelerará en medio de un gasto moderado por parte de consumidores y empresas, exportaciones débiles y una crisis inmobiliaria en curso, según el informe.
La rentabilidad de los bancos probablemente se verá afectada por los altos costos de financiamiento, un menor crecimiento de los préstamos y la acumulación de reservas para cubrir posibles incumplimientos, dijo Moody’s.
Sin embargo, se espera que los niveles de capital -que sustentan la solidez financiera de los bancos- se mantengan estables en general, según el informe.
Las tensiones en el mercado inmobiliario se han convertido en un foco de atención este año, ya que los principales propietarios han encontrado problemas a nivel mundial, incluso en China, Suecia y Alemania.
El gigante inmobiliario y minorista europeo Signa se declaró en insolvencia la semana pasada, lo que la convierte en la mayor víctima hasta el momento de la crisis inmobiliaria del continente.
Paul Watters, jefe de investigación corporativa para Europa de la agencia de calificación crediticia rival S&P Global, dijo a periodistas por separado el lunes que Signa todavía plantea riesgos de estabilidad para el mercado si el proceso de reestructuración conducía a una liquidación caótica.
“Será interesante ver cómo se desarrolla esto. Aún no hemos visto ventas desordenadas”, dijo Watters. “Allí existe un mercado para ciertos tipos de activos”.
La agencia de calificación de riesgos Moody’s consideró este lunes que hay perspectivas negativas para el sector bancario mundial en general para 2024, debido a que «las políticas monetarias más estrictas de los bancos centrales han resultado en un menor crecimiento del PIB».
«La reducción de la liquidez y de la capacidad de pago reducirá la calidad de los préstamos, lo que generará mayores riesgos para los activos», anotó en un comunicado Felipe Carvallo, vicepresidente de crédito de Moody’s Investors Service.
Moody’s, además, apunta en un comunicado que el año que viene el crecimiento económico de China se desacelerará debido al gasto privado moderado, unas exportaciones débiles y una corrección en curso del mercado inmobiliario.
Mientras que destaca que en Estados Unidos, algunos de los bancos más grandes acumularán capital «debido a los cambios regulatorios».
Por su parte, Moody’s destaca que en Europa, la caída del valor de las propiedades dará lugar a más «préstamos problemáticos», pero que los bancos están bien capitalizados y la calidad crediticia de sus carteras de préstamos de bienes raíces comerciales es «sólida».
«Los bancos de Suecia son los más expuestos debido a las muy altas concentraciones de bienes raíces comerciales y una crisis más profunda en el mercado inmobiliario local», añade el comunicado.
A nivel global, Moody’s advirtió que el conflicto militar entre Israel y Hamás aún podría influir negativamente en las condiciones crediticias a través de los precios del petróleo y el sentimiento de riesgo del mercado.