Los bancos más importantes del mundo creen que el crecimiento global será de 2,9% este año; y caerá a 2,6% el próximo año por la persistencia de altas tasas de interés, los mayores precios de la energía y una desaceleración en las dos economías más grandes del mundo.
Todavía está en juego un aterrizaje suave para Estados Unidos, aunque la incertidumbre en torno a la senda de ajuste monetario de la Reserva Federal nubla las perspectivas. Se considera que el crecimiento de China se está debilitando, exacerbado por las empresas que buscan destinos de producción alternativos y rentables.
Morgan Stanley junto a Bank of America Securities, proyectan 2,8% para 2024, mientras Citi proyecta un 1,9%.
Previsiones de la Ocde
El crecimiento de las economías avanzadas, que componen los 38 miembros de la Ocde, se encamina hacia un aterrizaje suave, con Estados Unidos resistiendo mejor de lo esperado hasta ahora.
La Ocde pronosticó que el crecimiento de Estados Unidos se desacelerará de 2,4% este año a 1,5% el próximo, revisando al alza sus estimaciones de septiembre, cuando predijo un crecimiento de 2,2% en 2023 y de 1,3% en 2024.
Aunque el riesgo de un aterrizaje brusco en Estados Unidos y otros países ha disminuido, la Ocde afirma que el riesgo de recesión no está descartado, dada la debilidad de los mercados inmobiliarios, los altos precios del petróleo y la atonía del crédito. También se espera que la economía china se ralentice, ya que se enfrenta a una burbuja inmobiliaria que se está desinflando y los consumidores ahorran más ante la mayor incertidumbre sobre las perspectivas.
Según las previsiones de la Ocde, su crecimiento disminuirá de 5,2% este año a 4,7% en 2024, algo por encima de lo previsto en septiembre, antes de ralentizarse aún más en 2025, hasta 4,2%. En la zona euro, el crecimiento repuntará de 0,6% este año a 0,9% en 2024 y a 1,1% en 2025, ya que Alemania, la mayor economía de la región, ha salido de una recesión este año.
Además, la Ocde dijo que los riesgos para el pronóstico se inclinan a la baja en medio de una escalada en las tensiones geopolíticas, una perspectiva incierta para el comercio y el riesgo de que una política monetaria estricta pueda perjudicar aún más la economía.