En el marco de la COP28, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), anunció la inversión de $15.000 millones hasta el 2030 para impulsar medidas de adaptación y riesgo de desastres naturales en la región.
De acuerdo con un boletín de prensa, los fondos se destinarán a “mejorar la resiliencia de las infraestructuras, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la atención de emergencias, la reducción de desastres con sistemas de monitoreo y prevención con tecnología de vanguardia, el control de la erosión y la protección costera, entre otros aspectos”.
“Este financiamiento refuerza el compromiso de CAF para impulsar acciones de adaptación al cambio climático y para lograr una mayor resiliencia en las comunidades ante desastres naturales y eventos climáticos extremos”, dijo Alicia Montalvo, gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF.
América Latina y el Caribe es una de las regiones más vulnerables a los impactos adversos del cambio climático, como el aumento y mayor intensidad de huracanes, inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra o sequías. Desde 1980, se han producido 2.225 desastres naturales, que han afectado a 260 millones de personas y generado pérdidas valoradas en 361.000 millones de dólares, lo que pone de relieve la urgente necesidad de adoptar medidas eficaces en términos de prevención, adaptación y mitigación.
En este contexto, CAF invertirá más de $2 mil millones al año hasta 2030 para la adaptación al cambio climático, y especialmente para que la región esté mejor preparada para enfrentar eventos naturales extremos cada vez más frecuentes e intensos. Los fondos se utilizarán para mejorar la resiliencia de la infraestructura, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la respuesta a emergencias, la reducción de desastres con sistemas de monitoreo y prevención con tecnología de punta, el control de la erosión y la protección costera, entre otros aspectos.
Actualmente, los huracanes representan el 97% de los desastres en el Caribe, afectando a casi tres de cada cuatro latinoamericanos y caribeños. En la región andina las inundaciones representan el 63,6% de los desastres, con el 82% de las pérdidas humanas y materiales. Los deslizamientos de tierra también representan un riesgo importante y representan el 23% de los desastres. En cuanto a las sequías, impactan la producción en diversas zonas de la región y han experimentado variaciones importantes en los últimos años.