El Banco Central Europeo (BCE), tal y como se esperaba, ha elevado de nuevo los tipos de interés en 25 puntos básicos para situarlos en 4,25%.
Se trata del nivel más alto desde julio de 2008 y cualquier incremento adicional propulsaría el precio del dinero a cotas desconocidas desde hace más de dos décadas.
Además, si se tiene en cuenta la tasa de depósito, el interés que el BCE paga a los bancos por la liquidez que dejan aparcada en Fráncfort, el precio del dinero se situaría en máximos históricos, en 3,75%, empatando los registros de octubre de 2000.
Nunca antes la autoridad monetaria europea había elevado sus tasas sin descanso durante tanto tiempo ni con la intensidad actual. Justo cuando se cumple un año desde la primera subida de los tipos en más de 11 años, el precio del dinero es 425 puntos básicos más caro que cuando comenzó la lucha de las autoridades monetarias contra la inflación.
La institución que preside Christine Lagarde ha puesto toda la carne en el asador para recuperar la estabilidad de precios después de que se siga estimando que la inflación permanecerá alta durante demasiado tiempo. Ahora, tras meses desplegando una política monetaria considerada por el conjunto de miembros del banco central como restrictiva, trata de afinar exactamente cuál será el techo de los tipos de interés.
El comunicado del Consejo de Gobierno sigue por el momento abriendo la puerta a subidas adicionales de los tipos de interés. Los expertos, sin embargo, han centrado la atención en que el mensaje del banco central ya no recoge la frase que expresaba la necesidad de llevar los tipos “hasta niveles suficientemente restrictivos como para devolver la inflación a 2%”, lo que podría suponer una pista de que esa cota ya se ha alcanzado.