Luego que las principales entidades multilaterales lanzaran sus pronósticos para la economía mundial y de la región, ahora la Comisión Económica para América Latina y el Caribe lanzó sus previsiones; a nivel centroamericano ve un repunte del PIB del 3,1%, donde Honduras destaca en la segunda posición con un 3,5%.
Según las nuevas estimaciones, América del Sur ven un repunte de 1,6% (Venezuela 4% y Paraguay 3,8%), América Central y México 2,7% (incluye Panamá, Cuba, Haití y República Dominicana) y el Caribe (excluyendo Guyana) 2,8%. Repúblicana Dominicana crecería 4,5%.
El crecimiento de Latinoamérica y el Caribe sería de 2,1% (2,2% en la proyección de diciembre del año pasado).
“La expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años, y el gran desafío es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo”, indica la Comisión de la ONU.
Los que más crecen
En América del Sur, las expectativas de mejor crecimiento económico están para Venezuela, donde ven un aumento de 4% en el PIB de 2024, seguido de Paraguay con 3,8% y Uruguay 3,6%.
En cuanto a América Central, la Cepal ve el mejor avance en Costa Rica con 3,9% y Honduras y Nicaragua con 3,5%. Guatemala alcanzaría un 3,4% y El Salvador un 3%. Panamá crecería un 3%.
“La región está enfrentando un escenario internacional complejo, caracterizado por un crecimiento de la actividad económica y el comercio global por debajo de sus promedios históricos, junto con tasas de interés que permanecen altas en los países desarrollados, redundando en mayores costos de financiamiento para los países emergentes, incluida la región”.
Los retos por la inflación
En el ámbito interno, la tendencia a la baja de la inflación ha dado espacio para los bancos centrales de varios países implementaran disminuciones en sus tasas de interés de política, a partir de lo cual se podría esperar un impacto favorable sobre la actividad económica.
La Cepal encontró que “durante el 2024 los mercados globales estarán marcados por varios factores de riesgos. Las crecientes tensiones geopolíticas están llevando al mundo hacia un fuerte reacomodo de las cadenas de valor.
Además, existe el riesgo de que los aumentos en los precios de los productos básicos puedan retrasar las bajas de tasas de interés de política por parte de los principales bancos centrales, con efectos negativos para el crecimiento económico mundial. Junto a lo anterior, si las tasas de interés permanecieran elevadas por más tiempo, podrían aumentar aún más las vulnerabilidades por la carga de deuda en varias economías emergentes y en desarrollo, y también la vulnerabilidad del sector financiero en los países desarrollados”.