Los precios al consumo en Estados Unidos subieron con fuerza a principios de año, señal de la persistencia de presiones inflacionistas que podrían empujar a la Reserva Federal a subir los tipos de interés aún más de lo previsto.
El índice general de precios al consumo subió un 0,5% en enero, la mayor subida en tres meses, impulsado por los costes de la energía y la vivienda, según los datos publicados el martes por la Oficina de Estadísticas Laborales. La subida interanual fue del 6,4% respecto al año anterior.
Excluidos los alimentos y la energía, el llamado IPC subyacente avanzó un 0,4% el mes pasado y subió un 5,6% respecto al año anterior. Los economistas consideran que este indicador refleja mejor la inflación subyacente que el índice general.
La tasa de inflación anual en los EE UU se desaceleró a 6,4% en enero, en comparación con 6,5% en diciembre. En cuanto al indicador de inflación subyacente, que excluye alimentos y energía volátiles, fue 5,6% desde 5,7% anterior.
Los futuros de las acciones estadounidenses borraron las ganancias y los rendimientos del Tesoro subieron tras el informe.
Estas cifras, unidas al extraordinario informe de empleo de enero y a los indicios de resistencia de los consumidores, ponen de relieve la durabilidad de la economía -y de las presiones sobre los precios- a pesar de la agresiva política de la Reserva Federal.
Los datos respaldan las recientes afirmaciones de los responsables de la Reserva Federal de que es necesario seguir subiendo los tipos de interés y mantenerlos elevados durante algún tiempo, y posiblemente hasta un nivel máximo superior al previsto.