El FMI pronostica que la inflación mundial aumente de 4,7% en 2021 a 8,8% en 2022
Con la presentación de las proyecciones económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) se dieron a conocer las previsiones en torno a los precios al consumidor para todas las economías. Se pronostica que la inflación mundial aumente de 4,7% en 2021 a 8,8% en 2022, para luego descender a 6,5% en 2023 y 4,1% en 2024.
El fondo considera que, en casi todas partes, el rápido aumento de los precios, especialmente de los alimentos y la energía, está causando graves dificultades a los hogares, en particular a los pobres. A pesar de la desaceleración económica, las presiones inflacionistas están siendo más amplias y persistentes de lo previsto, por lo que se espera que la inflación mundial alcance un máximo de 9,5% antes de desacelerarse hasta 4,1% en 2024.
De hecho, los precios al consumidor se están ampliando más allá de los alimentos y la energía. La inflación subyacente mundial pasó de una tasa mensual anualizada de 4,2% a finales de 2021 a 6,5%. Los riesgos a la baja para las perspectivas siguen siendo elevados, mientras que los compromisos políticos para hacer frente a la crisis del coste de la vida se han vuelto más difíciles.
Para el caso de América Latina y el Caribe, que cerró 2021 con una tasa del IPC sobre 11,6%, concluiría el periodo actual con una tasa de precios al consumidor de 14,6% y de 9,5% para 2023. Las naciones que sufrirían más con el encarecimiento del costo de vida son Venezuela, con 220% de inflación; seguido por Argentina, con 95%; Chile, con 12,2%; Colombia, con 11%; Uruguay, con 8,9%; Honduras, con 8,6%; México, con 8,5%; Perú, con 6,8%; Brasil, con 6%; Bolivia, con 4,2%; y Ecuador, con 3,8%.
En el caso de los países desarrollados, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) llegará a 7% en 2022 y a 3,2% en 2023. Para el caso de Estados Unidos, esta cifra llegará a 6,4% y 2,3%, respectivamente, mientras que la eurozona tendría registros de 8,8% y 4,5%, en ese mismo orden.
En lo que respecta al crecimiento de la economía, el fondo considera que en los países desarrollados, las proyecciones apuntan a un aumento de 3,7% para ambos periodos, lo que, contrario a lo realizado con las naciones más grandes, representa una leve mejoría en las cifras. En cuanto a América Latina y el Caribe, el repunte sería de 3,5% y 1,7%, respectivamente, mientras que en las de Asia sería de 4,4% y 4,9%, y Europa de 0% y 0,6%.
“La actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más acentuada de lo previsto, con la inflación más alta registrada en varios decenios. La crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistencia de la pandemia de COVID-19 inciden notablemente en las perspectivas”, destaca el FMI.
Se debe mantener el curso de política monetaria para restaurar la estabilidad de precios, y la política fiscal debe procurar aliviar las presiones sobre el costo de vida, manteniendo una orientación lo suficientemente restrictiva para que esté alineada con la política monetaria, agrega.
Para contribuir más a la lucha con la inflación se puede recurrir a reformas estructurales que mejoren la productividad y alivien las restricciones sobre la oferta, en tanto que la cooperación multilateral es necesaria para acelerar la transición a la energía verde y evitar la fragmentación, concluye el organismo internacional.