El Congreso salvadoreño aprobó este domingo un régimen de excepción, que suspende temporalmente algunas garantías constitucionales, luego de que el vecino país registrara un alza de homicidios atribuido a las violentas pandillas.
Según la policía, se cometieron en la víspera un total 62 homicidios -la cifra más elevada en lo que va del siglo, dijeron especialistas-, por lo que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, solicitó a la Asamblea Legislativa que aprobara la medida para intentar contener a las llamadas “maras”.
Los diputados avalaron la limitación del derecho de asociación, la suspensión de la inviolabilidad de la correspondencia y las telecomunicaciones, así como la ampliación del plazo para la detención administrativa y derecho a la defensa por un periodo de 30 días que pueden ser prorrogables.
“Aprobamos el régimen de excepción que permitirá que nuestro Gobierno proteja la vida de los salvadoreños y enfrente de manera frontal a la criminalidad”, dijo el diputado presidente del Congreso, Ernesto Castro, tras la celebración de una sesión extraordinaria en la madrugada del domingo.
Extendidas por todo el país, unos 70,000 miembros de la pandilla Mara Salvatrucha y su rival el Barrio 18 extorsionan, venden drogas y se disputan a muerte el control de los territorios. El viernes, las autoridades reportaron un total de 14 homicidios.
“Las medidas a tomar serán implementadas por las instituciones pertinentes y anunciadas solo cuándo sea necesario. Para la inmensa mayoría de personas, la vida continúa normal. Dios nos bendiga a todos”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter.
El Salvador, que en 2015 registró una tasa de 103 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo, según Naciones Unidas, había reducido considerablemente el número de asesinatos desde la llegada del mandatario.
Estadísticas policiales señalan que en 2021 se cometieron un total de 1.140 muertes, 15% menos que el año previo.