En una carta a los primeros ministros de Países Bajos, Mark Rutte, y de Bélgica, Alexander De Croo, el alcalde de Róterdam, Ahmed Aboutaleb, solicitó acciones para ampliar la supervisión de contenedores de frutas provenientes de tres países de Centro y Sudamérica.
En la misiva explicó que el puerto de esta ciudad, el más grande de Europa, solo controla ahora “un escaso uno por ciento”, pero dado el creciente narcotráfico, “eso tiene que subir al 100 por cien”.
Según la televisión pública neerlandesa, NOS, el alcalde envió esta misiva, confirmada por su colega de Amberes, Bart De Wever, después de una visita de trabajo a Colombia, Panamá y Costa Rica, países de origen y tránsito para el tráfico de las drogas ocultas en contenedores marítimos que llegan a Países Bajos para su posterior reparto en el resto de Europa.
Ambos regidores quieren aumentar la cooperación con los países latinoamericanos, pero también hacer un seguimiento a los flujos y redes del dinero criminal con ayuda de la policía y el poder judicial de los países de origen y tránsito.
Dicen sentirse “responsables” de combatir el narcotráfico, aunque no tenga autoridad formal para ellos, y califican de “francamente desastrosas” las consecuencias de este problema en sus ciudades. “Si la gente esnifa una línea de coca el viernes por la noche, eso también provoca sangre”, según Aboutaleb, sobre la consiguiente violencia y el blanqueo de capitales.
En los últimos años, se han descubierto grandes cantidades de drogas ocultas en contenedores que transportaban frutas tropicales como mangos, piñas y plátanos. El año pasado, se incautaron cantidades récord de cocaína procedente de América del Sur y Central, unas 90 toneladas en Amberes y 70 toneladas en Róterdam.
En diciembre, se localizó el cargamento más grande de cocaína incautado en 2021, con casi 4 mil 200 kilos ocultos en un contenedor de plátanos en Róterdam, lo que tiene un valor de unos 300 millones de euros en la calle.
El pasado jueves, las autoridades neerlandesas también anunciaron el descubrimiento de otro cargamento con 2 mil1 00 kilos de cocaína escondida entre mangos procedentes de Perú.
De todos los países de la Unión Europea, Países Bajos es el que más frutas importa, alrededor del 30 por ciento del total, por lo que un control de todos los contenedores supone una carga de trabajo adicional importante.
Una investigación de la Universidad Erasmus subrayó en 2019 que, dado que Róterdam y Amberes tienen una gran participación en el comercio de frutas tropicales en el continente europeo, “se convierten casi automáticamente en objeto del narcotráfico”.