La comercialización agresiva de preparados lácteos ha crecido en los últimos años volviéndose más engañosa en la era digital, a pesar de una campaña de décadas para erradicar esta práctica, según un estudio recientemente publicado. Expertos en salud pública exigen una regulación más estricta del sector.
Más de la mitad de los padres y las madres están expuestos a un marketing poco ético y engañoso, según un estudioEnlace externo publicado este miércoles por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. Esta conclusión se basa en una encuesta internacional realizada por la empresa de comunicación global M&C Saatchi entre unos 8 500 padres y madres y 300 trabajadores sanitarios.
No es solo la cantidad de anuncios lo que constituye un problema, ha afirmado Nigel Rollins, científico de la OMS y autor principal del informe, durante una conferencia de prensa. Es igualmente alarmante la forma en que el marketing intenta “explotar las emociones, los miedos y las ambiciones de las mujeres y las familias en el momento en que son potencialmente más vulnerables”.
La OMS recomienda exclusivamente la lactancia materna durante los seis primeros meses de vida y la continuación de la misma hasta los dos años. Los sucedáneos de la leche materna, como los preparados, deben estar disponibles cuando se necesiten o se deseen, pero, según la OMS, es su comercialización agresiva y poco ética la que socava la lactancia materna, que es la mejor nutrición para los bebés.
El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche MaternaEnlace externo, aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1981, prohíbe técnicas de comercialización como los anuncios televisivos, las muestras gratuitas, las afirmaciones científicas sin fundamento y el patrocinio de “madres influyentes” en las redes sociales. Este código se elaboró a raíz de los escándalos de la década de 1970, en los que la empresa suiza Nestlé fue señalada por su marketing agresivo que llevó a las mujeres a abandonar la lactancia materna en favor de la leche artificial. La empresa suiza sufrió un boicot generalizado por aquel asunto.
El informe no nombra ni señala ninguna empresa. Pero la magnitud del problema ha dado un nuevo impulso a los llamamientos de la OMS y UNICEF para que se establezca una normativa vinculante y se endurezcan las sanciones para toda la industria. Solo 25 países cuentan con una legislación que asume el Código en su totalidad. Suiza no está entre ellos, ni tampoco los dos mayores mercados: China y Estados Unidos.
Estados Unidos, el segundo mayor mercado, está entre los 58 países que no tienen ninguna regulación sobre la comercialización. “Algunas multinacionales -incluida Nestlé– han adoptado prácticas de comercialización voluntarias mucho más estrictas de lo que exige la ley”, señaló a SWI Marie Chantal Messier, responsable de asuntos alimentarios e industriales de Nestlé. “Para cambiar esto, es necesario que se aprueben reglamenteo en todos los países que carecen de legislación en este ámbito”.