El Congreso tiene hasta el 30 de septiembre para aprobar el proyecto de Ley
Estados Unidos vuelve a enfrentarse a la posibilidad de un nuevo cierre de Gobierno en menos de tres años, si el Congreso no aprueba la Ley de Presupuesto antes de la medianoche de este jueves.
El proyecto contempla una inversión de hasta $3,5 billones para la red de seguridad social y política climática. Sin embargo, el elevado costo tiene divididos a los demócratas, por lo que la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, dijo que es probable que este monto disminuya en una conciliación.
El proyecto de Presupuesto también está ligado a un ambicioso Plan de Infraestructura de $1 billón, que ya fue aprobado por el Senado el 10 de agosto y que permitiría financiar proyectos de construcción de carreteras, puentes, aeropuertos, escuelas y demás.
La discusión central entre los congresistas estadounidenses está en que algunos demócratas más progresistas insisten en que el proyecto de infraestructura se retrase hasta que esté listo el paquete de Presupuesto más amplio. Mientras que los más moderados quieren que el de infraestructura se promulgue independientemente de los avances en el paquete de $3,5 billones.
El cierre de Gobierno, que es cuando EE UU suspende la prestación de todos los servicios públicos, menos los considerados como esenciales, obligaría al cierre de museos y parques nacionales, mientras que 3 de cada 5 empleados federales no podrían trabajar.
El mayor problema estaría por el lado elevar o suspender el techo de la deuda a mediados de octubre para evitar un impago. De acuerdo con analistas, los senadores republicanos no apoyarán un aumento del techo mientras los demócratas pretendan aumentar el gasto en 3,5 billones.
La discusión más importante seguirá estando concentrada en los límites de deuda del país dado que esto sí restringe la capacidad del Gobierno de seguir aumentando su nivel de deuda para financiar los proyectos de infraestructura o gastos del Gobierno.
De este modo, el Congreso de EE UU debe aprobar una resolución de gasto antes de finales de este mes para evitar el cierre parcial y, si no eleva pronto el techo de la deuda, se produciría una crisis más grave a finales de octubre.
Ante un escenario de cierre muchos trabajadores federales tendrían que trabajar sin que se les pague hasta que se apruebe la financiación. Y aquellos con labores menos importantes podrían ser suspendidos.