Al menos 85 personas murieron y 58 permanecen hospitalizadas tras la explosión en una toma clandestina de combustible en un ducto de la petrolera estatal mexicana Pemex, según informó el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
El incidente ocurrió al anochecer del viernes en el ducto Tuxpan-Tula a la altura del municipio de Tlahuelilpan, a 100 kilómetros de la Ciudad de México.
La cifra de muertos ya cuadruplica los reportes iniciales y las autoridades se muestran pesimistas con lo que pueda pasar en los próximos días.
Omar Fayad, gobernador del estado de Hidalgo donde tuvo lugar el incidente, explicó que 65 personas permanecen desparecidas y que, hasta la noche del domingo, las autoridades habían encontrado 68 restos humanos, de los cuales solo 9 pudieron ser identificados.
Fayad agregó que las autoridades han recopilado 54 muestras de ADN de las familias para intentar identificar los restos, pero dado el grado de carbonización, el proceso podría tardar días o meses en algunos casos.
¿Qué ocurrió?
Según las autoridades, la fuga del combustible se reportó poco después de las 17:00 (23:00 GMT) y la explosión unas dos horas más tarde.
Medios mexicanos reportaron que al producirse la explosión, el combustible creó una especie de barrera de fuego en la zona donde se encontraba la mayor cantidad de personas en una especie de zanja.
Según Pemex, se trataba de una toma clandestina instalada para robar el combustible del ducto, práctica que en México se conoce como “huachicoleo”.
En declaraciones a medios locales, el alcalde del municipio, Juan Pedro Cruz, indicó que tras reportarse la fuga llegaron al lugar elementos del Ejército mexicano.
Acordonaron la zona pero no pudieron controlar a unas 200 personas que rompieron el cerco y tomaron el combustible.
Alegó que los soldados pidieron a los pobladores abandonar el área, pero no obedecieron las órdenes y más tarde ocurrió la tragedia.
Es la mayor tragedia por robo de combustible en la historia del país y aún se desconoce qué originó la llama que inició la tragedia.
En una conferencia de prensa el sábado el presidente Andres Manuel López Obrador no descartó que se tratara de un sabotaje contra su plan para controlar el robo de combustible, aunque, dijo, será tarea de la Fiscalía determinar lo que sucedió.