La corrupción, el abuso del cargo público para beneficio privado, es algo más que dinero desperdiciado: erosiona el contrato social y corroe la capacidad del gobierno para ayudar a hacer crecer la economía de una manera que beneficie a todos los ciudadanos.
Así los señalan los analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Vitor Gaspar, Martin Mühleisen, y Rhoda Weeks-Brown, que se refirieron al uso de los recursos usados por los distintos gobierno para luchar contra el Covid-19.
“La corrupción era un problema antes de la crisis”, señalan, pero la pandemia de Covid-19 ha aumentado la importancia de una gobernanza más fuerte por tres razones:
Primero, los gobiernos de todo el mundo están jugando un papel más importante en la economía para combatir la pandemia y proporcionar líneas de vida económicas a las personas y las empresas. Este papel ampliado es crucial, pero también aumenta las oportunidades de corrupción.
Para ayudar a garantizar que el dinero y las medidas estén ayudando a las personas que más lo necesitan, los gobiernos necesitan informes oportunos y transparentes, auditorías ex post y procedimientos de rendición de cuentas, y una estrecha cooperación con la sociedad civil y el sector privado.
Segundo, a medida que las finanzas públicas empeoran, los países deben evitar la evasión fiscal y el desperdicio y pérdida de fondos causados por la corrupción en el gasto público.
En tercer lugar, las crisis ponen a prueba la confianza de las personas en el gobierno y las instituciones, y el comportamiento ético se vuelve más destacado cuando los servicios médicos tienen tanta demanda.
“La evidencia de corrupción podría socavar la capacidad de un país para responder eficazmente a la crisis, profundizar el impacto económico y amenazar con una pérdida de cohesión política y social”, advierten.
“Durante esta crisis, el FMI no ha perdido de vista nuestro trabajo de gobernanza y anticorrupción. Nuestro mensaje a todos los gobiernos ha sido claro: gaste lo que necesite pero guarde los recibos, porque no queremos que se pierda la responsabilidad en el proceso”.
En nuestro trabajo de préstamo, hemos proporcionado desembolsos rápidos para satisfacer necesidades urgentes. Al mismo tiempo, las medidas mejoradas de gobernanza para rastrear el gasto relacionado con Covid-19 han sido parte del financiamiento de emergencia para que los países luchen contra la pandemia.
Compromiso de transparencia
El FMI recordó que, los países prestatarios se han comprometido a (i) realizar y publicar auditorías ex post independientes de los gastos relacionados con la crisis y (ii) publicar contratos de adquisición relacionados con la crisis en el sitio web del gobierno, incluida la identificación de las empresas adjudicatarias del contrato y sus beneficiarios reales.
El FMI también se aseguró de que los recursos de emergencia estén sujetos a la política de Evaluación de Salvaguardias del FMI.
Reforma a largo plazo más allá de la crisis Las salvaguardias de gobernanza para la asistencia de emergencia relacionada con COVID-19 son parte de un esfuerzo más integral del FMI para mejorar la buena gobernanza de sus países miembros y los esfuerzos para combatir la corrupción.
Según el FMI, “hasta ahora, 10 economías avanzadas (Austria, Canadá, la República Checa, Francia, Alemania, Italia, Japón, Suiza, el Reino Unido y EE UU) han participado en la evaluación voluntaria de sus marcos nacionales para limitar las oportunidades de corrupción transnacional”.
El propósito de esto es ver el grado en que un país criminaliza y procesa el soborno de funcionarios públicos y evita que funcionarios extranjeros oculten ganancias corruptas en su propio negocio financiero o economía doméstica.