Acogerse al Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos puede ser un riesgo, pero también una oportunidad para las empresas que buscan mantenerse en el mercado.
Recientemente, la aerolínea colombiana Avianca se acogió a la Ley con el objetivo de “preservar y reorganizar los negocios”, pero no es la única. Ya en el pasado se han beneficiado empresas como General Motors o United Airlines.
Según la organización, American Bankruptcy Institute (ABI), al mes de abril se han acogido 215.656 compañías. La mayoría tienen sus sedes están en California, Illinois, Florida, Georgia y Ohio. Nueva York, ocupa la novena posición en el Top Ten de Estados con más solicitudes.
La cifra aunque elevada no es una sorpresa. El año pasado, 757.628 empresas se declararon en bancarrota en base al Capítulo 11.
¿Qué significa el Capítulo 11?
El Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos es un proceso temporal que permita a una compañía reorganizar y completar su reestructuración financiera siempre y cuando esta se comprometa a mantener sus operaciones al día.
Busca facilitar al deudor la reestructuración de sus obligaciones frente a sus acreedores, a través de la consecución de un plan o acuerdo de reorganización, explican los analistas de ABI.
Esta herramienta está diseñada para que compañías viables con problemas para atender corrientemente sus deudas logren ajustar sus relaciones de crédito a la realidad de la caja disponible y puedan seguir operando en el mercado.
En concreto, a este proceso se pueden someter las compañías que estén domiciliadas en Estados Unidos y que no puedan pagar sus obligaciones.
De esta manera, según la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), el Administrador Fiduciario de Estados Unidos designará a uno o más comités para que representen los intereses de los acreedores y accionistas y trabajen con la empresa para poder desarrollar un plan de reorganización con el que salir de la deuda.
Posteriormente, este debe ser aceptado por los acreedores, tenedores de bonos y accionistas y, por último, un tribunal debe aprobarlo.
Entre los beneficios, se incluye la suspensión de reclamaciones judiciales y la prohibición para los acreedores de iniciar nuevas reclamaciones, además de poder iniciar acciones para recuperar bienes o recursos necesarios para el plan y que estén siendo afectados por alguna medida de los acreedores, entre otros.
El caso de Avianca
Esta es la segunda vez que Avianca se acoge a esta Ley, debido a los efectos del Covid-19.
“Las operaciones regulares de pasajeros de Avianca han estado en tierra desde mediados de marzo, lo que ha reducido sus ingresos consolidados en más de un 80% y ha ejercido una presión significativa sobre su liquidez”, señala la empresa.
El objetivo es seguir operando y con la decisión buscan “proteger y preservar las operaciones a medida que se levantan gradualmente las restricciones de viaje generadas por el Covid-19” y asegurar la conectividad e impulsar la inversión y el turismo de Colombia.
Continuar con las operaciones de carga, preservar los 21.000 puestos de trabajo directos e indirectos en toda América Latina, incluyendo más de 14.000 en Colombia.
“Reestructurar el balance y las obligaciones de la empresa para hacer frente a los efectos de la pandemia del Covid-19, así como gestionar sus responsabilidades, arrendamientos, pedidos de aeronaves y otros compromisos”, apunta la aerolínea.
Para poder llevar a cabo este proceso, según anunció la propia aerolínea, la Junta Directiva contrató a asesores financieros de la talla de Seabury Securities LLC y FTI Consulting, así como a asesores legales como Milbank LLP, Smith, Gambrell & Russell, LLP, Gómez-Pinzón Abogados y Urdaneta, Vélez, Pearl & Abdallah Abogados.
El Consejo de Administración de la compañía también ha sido asesorado en temas de mejores prácticas para empleados que son esenciales para la reorganización del Capítulo 11 por la consultora Willis Towers Watson.