Boeing anunció este sábado que renuncia a adquirir el negocio civil de su competidor brasileño Embraer, que en respuesta acusó a la fabricante estadounidense de romper “indebidamente” el acuerdo y hacer “falsas alegaciones” para no cumplir con el pago pactado de 4.200 millones de dólares.
El anuncio de Boeing refleja una nueva arista de la crisis que atraviesa, confrontado a la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus y a los problemas con su 737 MAX, que causaron centenas de muertes y la consiguiente inmovilización de ese modelo de aeronave.
Embraer, de su lado, se enfrenta a un futuro incierto por las pérdidas que sufrirá con la ruptura del acuerdo y porque requería de esa alianza para sobrevivir en el cambiante sector aéreo.
Si bien la transacción debía finalizar el 24 de abril, Boeing dijo en un comunicado que ejerció su derecho de no ejecutar el pacto ya que “Embraer no cumplía con las condiciones necesarias” y aseguró que “trabajó diligentemente durante más de dos años” para finalizar la transacción.
Duelo de aerolíneas
“Embraer cree firmemente que Boeing terminó indebidamente el Acuerdo Global de Operación (MTA, en inglés) y fabricó falsas alegaciones como pretexto para intentar evitar sus compromisos de cerrar la transacción y pagar a Embraer el precio de compra de 4.200 millones de dólares”, sostuvo en un comunicado.
Asimismo, aseguró que buscará todas las “medidas posibles contra Boeing por los daños sufridos” con la cancelación del acuerdo; y dijo que cumplió “todas las condiciones necesarias” establecidas en el plazo previsto.
Embraer, tercer productor de aviones en el mundo, podría quedarse sin las compensaciones financieras de Boeing si incumplió las condiciones del acuerdo.
Ambas compañías firmaron un memorando de entendimiento en julio de 2018, según el cual Boeing asumiría el control del 80% del capital de un nuevo grupo, mientras el 20% restante habría permanecido bajo el control de Embraer, que produce aviones comerciales de entre 30 y 150 plazas.
Una segunda empresa mixta se encargaría de la comercialización del avión militar C-390 del grupo brasileño, que también fabrica jets de negocios.
“Es muy decepcionante”, comentó en el comunicado Marc Allen, representante de Boeing encargado de la sociedad con Embraer.
“Pero alcanzamos un punto en el que continuar con las negociaciones en el marco del protocolo no permitiría resolver los problemas restantes”, agregó.
El plan de fusión se anunció unos días después de la entrada en vigor de la asociación entre Airbus y la canadiense Bombardier, que permitió a los europeos tomar el control del programa Cseries.
Con la adquisición de Embraer, Boeing iba a competir con su rival europeo en el segmento de aviones regionales. Al mismo tiempo, permitiría que Embraer se beneficiara de la fuerza de comercial de Boeing.
La prometedora adquisición había recibido luz verde de todas las autoridades involucradas, excepto la de la Comisión Europea, temerosa de que la operación dejara fuera de competencia al tercer gran actor de un mercado ya muy concentrado y abrió una investigación al respecto.
Sin embargo, las dos compañías planean, según Boeing, “mantener su acuerdo existente, firmado en 2012 y extendido en 2016, para comercializar y apoyar conjuntamente el programa del avión de transporte militar C-390”.
Efectos del Covid-19
La decisión de Boeing ocurre en momentos difíciles para el sector aeronáutico.La pandemia de covid-19 ha devastado el transporte aéreo y las compañías están suprimiendo o postergando las adquisiciones de aparatos.
Boeing y Embraer tuvieron que suspender provisoriamente su producción en sus plantas de Estados Unidos y Brasil, respectivamente, atendiendo las medidas de confinamiento que buscan frenar la propagación del nuevo coronavirus. Esta semana, Boeing comenzó a reabrirlas gradualmente.
Boeing también enfrenta los problemas de sus 737 MAX, paralizados desde hace más de un año tras dos accidentes que causaron la muerte de 346 personas.El valor de la empresa en la Bolsa de Nueva York cayó 61% desde comienzos de este año.
El grupo reclamó unos 60.000 millones de dólares al gobierno federal para cubrir sus necesidades y las de sus 17.000 subcontratistas estadounidenses.
También Embraer atraviesa una situación complicada. En marzo, la compañía brasileña comunicó importantes pérdidas en el cuarto trimestre de 2019 y renunció a anunciar metas para 2020 por la incertidumbre reinante en el mercado de la aviación en razón de la pandemia. Desde enero pasado, el valor de sus acciones en la Bolsa de Sao Paulo se redujo en un 60%.