Este primero de mayo, Día del Trabajador, registrará una de las peores cifras de desempleo a nivel nacional y regional. La caída del 5,3% del PIB regional y el aumento del desempleo en 3,4 puntos porcentuales tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
La tasa de pobreza en Latinoamérica y el Caribe aumentaría 4,4 puntos porcentuales durante 2020, al pasar del 30,3% al 34,7%, lo que significa un incremento de 28,7 millones de personas en situación de pobreza.
En Honduras, producto del Covid-19, se registran 120.000 “suspensiones laborales” y una proyección de 450.000 en el sector privado. Esa cifra podría triplicarse ya que la mayor parte del empleo en Honduras es informal y por subempleo.
“Los países del Caribe sufrirían una caída mayor debido a que, en muchos de ellos, el sector del turismo es fuente de más del 50% del empleo. Estas cifras son significativamente mayores a las que se dieron durante la crisis financiera mundial, cuando la tasa de desempleo de la región se incrementó del 6,7% en 2008 al 7,3% en 2009 (0,6 puntos porcentuales)”, señala la Cepal.
La alta tasa de informalidad laboral de la región hace a los trabajadores muy vulnerables a los efectos de la pandemia y a las medidas para enfrentarla.
Pobreza extrema Según la Cepal, la pobreza extrema regional crecería 2,5 puntos porcentuales, pasando del 11% al 13,5%, lo que representa un incremento de 16 millones de personas.
También se deterioraría la distribución del ingreso. El aumento del desempleo resultaría en un incremento del índice de Gini de entre un 1% y un 2%, sin considerar el aumento adicional que provendría de la una caída en los ingresos del empleo que afecte en mayor medida a los hogares de menores recursos.