Unos 500 migrantes centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos en una nueva caravana cruzaron el lunes 20 de enero hacia México desde Guatemala, pero más de 400 fueron interceptados después de atravesar el río Suchiate, frontera natural entre ambos países.
Otros cientos fueron contenidos en el límite por guardias nacionales mexicanos en enfrentamientos con uso de gases lacrimógenos.
“Alrededor de 500 personas extranjeras de origen centroamericano, en su mayoría de Honduras, ingresaron en condición irregular a territorio mexicano al atravesar el Río Suchiate, motivadas irresponsablemente por sus líderes y sin considerar los riesgos, que ello implicaba, para niñas, niños y adolescentes”, informó en un comunicado el Instituto Nacional de Migración (INM).
La nota añadió que “agentes federales rescataron a 402 personas migrantes que fueron trasladadas a instalaciones del Instituto (de Migración)”.
Allí “se determinará su situación jurídica y, en caso de proceder, se lleve a cabo su retorno asistido a la ciudad de Tegucigalpa, Honduras”, se explicó.
Se internaron en la selva
Si bien no se especificó si los migrantes detenidos forman parte de los 500 que ingresaron ilegalmente por el río Suchiate, el INM informó que solo está buscando a un grupo de 58 extranjeros que “se internaron por caminos no seguros de la zona selvática de la región”.
Otros de los migrantes que atravesaron la frontera de forma ilegal, amedrentados por el fuerte dispositivo de seguridad, decidieron regresar por cuenta propia a Guatemala. Según los datos del INM, ese grupo estaba formado por 40 migrantes.
Muchos de los que lograron cruzar el río avanzaron un tramo a pie por la carretera que conduce a Tapachula, Chiapas, bajo un sol intenso y una temperatura superior a los 30 °C.
Pero varias unidades de la Guardia Nacional, la policía federal y migración de México, les impidieron el paso y los forzaron a abordar autobuses dispuestos por las mismas autoridades mexicanas.
El domingo 19 de enero, el gobierno mexicano informó que aceptaba el ingreso de más de 1 mil centroamericanos que llegaron en otro contingente el fin de semana, y que estudiaría los casos de cada uno, aunque advirtió que la mayoría podrían ser devueltos a su país de origen.
También ofrecieron unos 4.000 empleos en el sur de México, pero los migrantres denunciaron que es una mentira y quienes aceptan la oferta son trasladados a centros de de detención y después son deportando,
Luego de las multitudinarias caravanas de centroamericanos que llegaron a México a finales de 2018 y principios de 2019, el presidente estadounidense Donald Trump hizo fuertes reclamos al gobierno mexicano y amenazó con imponer aranceles a productos de este país si no se tomaban medidas para detener la oleada migratoria.