Juan Carlos, el productor de camote rojo más exitoso del valle de Jamastrán

Juan Carlos Gonzales es proveedor de Walmart Centroamérica desde el 1 de junio de 2011

Gracias a la asistencia técnica logró tecnificar sus cultivos y pasó a producir de 1.000 a 8.000 libras por semana

Chirinas, El Paraíso. “Cada día me levanto y lo primero que hago es agradecer a Dios por bendecir nuestros cultivos y por poner en nuestro camino a personas buenas que nos ayudaron a crecer”.

Juan Carlos Gonzales, un próspero productor de camote rojo de la zona oriental del país, resume así las claves del éxito en sus emprendimientos. Con apenas 38 años de edad, se ha convertido en uno de los productores más prósperos del valle de Jamastrán, pero nada de lo que hoy tiene es fruto de la casualidad o la buena suerte.

“Hemos tenido que sortear muchos obstáculos, al principio nada fue fácil, no teníamos un mercado seguro para el camote, no teníamos mucha relación con el mercado formal, le vendíamos a exportadoras, pero no había un control de compras, a veces nos agarraban el producto y otras veces no, la producción apenas llegaba a 1.000 libras por semana”, recuerda con nostalgia Juan Carlos, quien desde el corredor de su casa observa los extensos cultivos de camote rojo que hoy posee.

Durante la emergencia por Covid-19 la producción de camote rojo se ha mantenido y pese a la circunstancias ha tenido un mercado seguro, permitiendo inclusive exportar a los países de la región.

El camote rojo o papa dulce, como se le conoce en algunos sectores, es una verdura exquisita, rica en vitamina A, B6 y potasio, magnesio y calcio. Entre los pobladores es común la creencia que el consumo ayuda al sistema inmunológico y a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer. Junto a Lesmy, su compañera de hogar, y su hijo de 12 años, planifican juntos cada paso que dan para mejorar las técnicas de cultivo y aumentar la producción.

Agricultura inteligente

Meses atrás, los Gonzales instalaron una casa malla para reproducción de estolones de camote, es decir, para lograr la reproducción vegetativa sin semillas. Esta técnica de agricultura inteligente, que expande rápidamente las plantas por las parcelas, les ha permitido multiplicar la producción, al grado que pasaron de 1.000 a 8.000 libras semanales.

Además, recordó que en su crecimiento fue clave el sistema de bombeo que obtuvo a través del proyecto “Plantando Esperanza” impulsado por la empresa Walmart Centroamérica y la organización World Visión Honduras.

A través de este programa, 10 productores de los departamentos de El Paraíso, Intibucá y Ocotepeque, recibieron apoyo en la construcción de infraestructura productiva y asistencia técnica para garantizar la implementación de buenas prácticas agrícolas en las parcelas.

Tierra Fértil El programa Tierra Fértil, que impulsa Walmart Centroamérica desde el año 2004, tiene como objetivo insertar a los agricultores a un mercado seguro y obtener precios justos por sus productos de calidad. Juan Carlos hace una pausa y vuelve a suspirar cuando recuerda que antes de 2011 vendía apenas 1.000 libras de camote en el mercado informal, donde “a veces me pagaban bien, otras mal y a veces ni siquiera nos agarraban el producto”.

A su juicio, la formalización de su negocio y buscar un mercado seguro, que garantice precios justos para sus productos, fue clave para crecer.“Antes yo alquilaba las parcelas para producir, hoy somos dueños de nuestras propias áreas de cultivo; antes solo tenía un par de empleados, hoy tenemos 8 trabajadores permanentes y aumentamos a 12 en la temporada de cosecha que se da entre diciembre y marzo”, afirmó.

Este crecimiento lo ha visto reflejado no solo en su empresa sino en la calidad de vida todos los hombres y mujeres que con él se relacionan. “Hoy tenemos transporte propio para llevar todo nuestro producto, ya sea a la planta de Hortifruti en San Pedro Sula o a cualquier otro comprador, donde se nos garantiza un precio halagador, mucho mejor que en el mercado informal”.

Juan Carlos observa a su hijo, quien también lo está viendo y escuchando con admiración. “A mi hijo yo le he enseñado desde pequeño que hay que querer esta tierra, que hay que respetarla, que hay que encomendarse a Dios, que todo en la vida requiere sacrificio, dedicación y voluntad, porque nada es fácil”.

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