Tesla presentó un trimestre complicado, con una caída del 37% en sus ganancias y una reducción del 40% en su beneficio operativo, impactada por la guerra de precios en el sector eléctrico, el aumento del 50% en los costos operativos y nuevos aranceles que representaron pérdidas adicionales por 400 millones de dólares.
Las acciones de la compañía cayeron más del 5,7% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street.
A pocos días de la asamblea anual, la presidenta del directorio, Robyn Denholm, lanzó una advertencia contundente: el futuro de Tesla podría verse comprometido si los accionistas no aprueban el paquete salarial de 1 billón de dólares propuesto para su CEO, Elon Musk, a quien calificó como “indispensable para mantener la visión y el valor de la empresa”.
En una carta enviada a los inversores, Denholm escribió: “Sin Elon, Tesla podría perder un valor significativo, ya que dejaría de ser percibida como lo que aspira a ser”. Los accionistas tienen hasta la medianoche del 5 de noviembre para votar una decisión que definirá el liderazgo del fabricante de vehículos eléctricos más emblemático del mundo.
El plan contempla la entrega de 12 tramos de acciones si Tesla alcanza ambiciosos objetivos de capitalización bursátil, que van desde 2 hasta 8.5 billones de dólares. Actualmente, la compañía está valorada en unos 1.5 billones.
Si se aprueba, Musk obtendría 423 millones de acciones, elevando su participación del 13% al 25%. Denholm defendió la medida como una “garantía para asegurar la continuidad del liderazgo de Musk en el desarrollo de la inteligencia artificial y los robotaxis”.
Aunque Tesla reportó un aumento del 12% en ingresos durante el tercer trimestre, no cumplió con las expectativas de ganancias. El paquete propuesto ha dividido a los accionistas: consultoras como ISS lo calificaron de “astronómico”, mientras que grupos sindicales acusan a Musk de afectar la reputación de la marca por sus declaraciones políticas.
Denholm sostiene que la compañía atraviesa “un punto de inflexión crucial” impulsado por la IA, la automatización y la conducción autónoma. “La oportunidad para Tesla en el futuro es significativa, y Elon es esencial para alcanzarla”, afirmó.
La comunidad latina, que representa una parte vital en la cadena de producción y desarrollo tecnológico de Tesla, observa con cautela esta disputa. Cualquier cambio en el liderazgo podría tener repercusiones en los empleos y las inversiones en regiones con alta participación de trabajadores hispanos.
Un pulso por el poder
El conflicto no solo refleja los desafíos financieros, sino también una lucha interna por el control. Musk busca consolidar su influencia en un momento en que Tesla enfrenta mayor competencia, márgenes más estrechos y una presión creciente de los inversionistas.
Para Wall Street, los resultados del trimestre reflejan los retos de Tesla en un mercado cada vez más saturado. Para Musk, en cambio, esta es una batalla por el futuro —y el poder— de la empresa que redefinió la industria automotriz mundial.
