El mercado laboral de Estados Unidos permanece sólido, pero los datos de noviembre han defraudado las expectativas.
Según datos del Departamento de Comercio, el país generó 155.000 nuevos empleos, por debajo de los 198.000 puestos de trabajo que preveían los analistas.
La tasa de paro permanece, sin embargo, en el 3,7%, la más baja en cerca de cincuenta años.
El ritmo de subida salarial también se ha ralentizado, con un incremento del 2,8% respecto al año anterior, frente al 3,4% registrado en octubre.
Lo que puede ser una señal de cierta ralentización de la economía es, sin embargo, una buena noticia para los mercados, ya que consideran que los datos obligarán a la Reserva Federal (Fed) a tomar una pausa en el ritmo de subida de tipos.
Los expertos y el propio banco central daban por hecha una nueva alza en diciembre, que sería la cuarta del año y dejaría las tasas entre un 2,25% y un 2,5%.
Sin embargo, las últimas informaciones adelantan que el equipo que lidera Jerome Powell aún tiene que meditar su decisión.
Powell, que tomó las riendas de la Fed a comienzos de año de manos de Janet Yellen, ha sido un firme defensor del endurecimiento de la política monetaria, tras casi una década de tipos cercanos a cero.
Sin embargo, el presidente de la Reserva Federal cambió su discurso hace apenas diez días, cuando aseguró que los tipos se encuentran “justo por debajo” del nivel considerado neutral lo que significa que ni frenan ni estimulan el crecimiento.
Powell insistió también en su mensaje de que las decisiones de la Fed no están prefijadas y se toman según la última información disponible.
La ralentización en el incremento salarial elimina, además, las presiones sobre la inflación, una de las razones que justifican incrementos adicionales de los tipos.