La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados -capitaneados por Arabia Saudí y Rusia- han rubricado a última hora de este domingo un histórico acuerdo que supone la mayor reducción de la producción de crudo de la historia, para tratar de impulsar los precios ante la drástica caída de la demanda que ha provocado la pandemia del coronavirus.
El pacto inicial, anunciado el jueves tras un mes de guerra de precios entre Riad y Moscú, terminó tras la inesperada negativa de México, interesada en reflotar la petrolera estatal Pemex, fuertemente endeudada. EE UU acordó otorgar un préstamo aMéxico y este domingo se realizó una reunión virtual de la OPEP y otras naciones productoras.
El grupo ha acordado reducir su producción en 9,7 millones de barriles diarios -equivalente al 10% del suministro global- entre los próximos meses de mayo y junio.
A partir de entonces y hasta finales de año el recorte será de 7.6 millones y de 5.6 millones hasta abril de 2022. Las cifras cuadriplican al cierre del grifo rubricado en 2008 en el marco de la crisis financiera internacional.
La cantidad, sin embargo, es aún mayor porque -según el ministro de Energía saudí, el príncipe Abdelaziz bin Salman- tanto su país como Emiratos Árabes Unidos y Kuwait han decidido ofrecer reducciones adicionales que elevan la cifra a 12.5 millones de barriles.
La OPEP lleva días intentando, además, involucrar a los países del G20 que no pertenecen a la organización para que realicen también ajustes en su producción por valor de 5 millones de barriles diarios.
Un esfuerzo que podría elevar la rebaja de producción hasta los 20 millones de barriles. En la reunión del viernes, el G20 reconoció la necesidad de adoptar “todas las medidas necesarias” para mantener el equilibrio entre los productores y consumidores sin más precisión.
Apoyo de EE UU
Canadá y Noruega han mostrado su disposición a secundar la petición mientras que EE UU ha insistido en que su producción de petróleo de esquisto disminuirá “automáticamente” por la falta de demanda.
El presidente estadounidense Donald Trump, que amagó incluso con imponer aranceles al crudo saudí, ha sido uno de los principales actores de la paz sellada entre Riad y Moscú.
“El gran acuerdo del petróleo de la OPEP+ está cerrado. Esto salvará cientos de miles de empleos del sector energético en EE UU”, se ha jactado a través de Twitter.
“Me gustaría agradecer y felicitar al presidente Putin de Rusia y al rey Salman de Arabia Saudí. Acabo de hablar con ellos desde el despacho oval. Es un gran acuerdo para todos”, ha agregado quien se ha mostrado en el pasado como un enemigo acérrimo de la OPEP.
Las presiones también han terminando levantando el veto de México, que se apunta un triunfo. Reducirá su producción en 100.000 barriles diarios desde el mes próximo.
“México agradece todo el apoyo de los países de la OPEP en la reunión extraordinaria realizada el día de hoy. El acuerdo unánime de los 23 países participantes dará de inicio una reducción en la plataforma petrolera de 9.7 millones de barriles a partir de mayo”, se ha limitado a declarar la secretaria de Energía mexicana Rocío Nahle.
La petición inicial, según el reparto pactado por la OPEP, era que México rebajara hasta 400.000 barriles.
El pacto se ha cerrado horas antes de la apertura de los mercados, con la premura de una crisis sanitaria que está provocando la hibernación de la economía internacional.
La medida, no obstante, provoca escepticismo entre los expertos. Goldman Sachs y UBS habían deslizado que un recorte que oscilara entre el 10% y el 15% podría resultar insuficiente para detener la caída.
El precio del barril de petróleo Brent, de referencia para Europa, anotó el mes pasado su mínimo en 18 años. Como prueba de la incertidumbre que genera el pacto, el pasado jueves -tras anunciarse los detalles- los precios del crudo sufrieron caídas en el bolsa de Nueva York.