Luego de la revisión que realizó una misión de Fitch Ratings hace un mes, se publicaron los resultados del examen y destaca aspectos estructurales en el tema de la recaudación tributaria, el clima político, el enfrentamiento Morales-Cicig y las próximas elecciones generales.
La agencia de calificación de riesgo país Fitch Ratings revisó de Perspectiva de calificación de Estable a Negativa para el país, pero mantuvo la nota en BB a Guatemala, lo que significa la primera alerta.
El comunicado de la agencia resalta que la revisión de la “Perspectiva a Negativa de Guatemala” refleja una tensión política e incertidumbre mayores, y una erosión constante en la ya baja recaudación de impuestos del gobierno.
El hecho de no aprobar reformas en la administración tributaria y de aprobar nuevas medidas tributarias llevaría a una mayor erosión de los ingresos.
Aunque las calificaciones de Guatemala están respaldadas por un historial de estabilidad macroeconómica y políticas conservadoras, baja deuda pública con respecto al PIB y buena liquidez externa.
Estas fortalezas se ven contrarrestadas por una base tributaria estrecha que restringe la flexibilidad de las políticas y limita la tolerancia de la deuda, así como una gobernabilidad débil, niveles de inversión e indicadores de desarrollo humano.
Enfrentamiento
El comunicado destaca que, a principios de 2019, el presidente Jimmy Morales decidió rescindir unilateralmente el mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad respaldada por la ONU en Guatemala (Cicig), pero su intento hasta ahora ha sido bloqueado por el tribunal constitucional.
El mandato de dos años de la CICIG expira en septiembre de 2019; ha estado investigando casos de corrupción en el país desde 2007.
Menos ingresos y más deuda
Fitch, señala que los bajos ingresos del gobierno siguen siendo una debilidad crediticia clave. El crecimiento en los ingresos del gobierno ha retrasado continuamente el crecimiento económico.
Como resultado, los ingresos totales del gobierno cayeron a 10,6% del PIB desde 11% en 2016, entre los más bajos en nuestro universo de calificación.
Los bajos niveles de ingresos y el desempeño débil continuo reflejan los desafíos institucionales de la autoridad fiscal, los altos niveles de evasión fiscal y el débil control de la corrupción.
Fitch espera que el déficit del gobierno central alcance el 2,2% del PIB en 2019, por debajo del objetivo del 2,4% del PIB en el presupuesto de 2019.
La ejecución del gasto mejoró en 2018, pero es probable que persista.
El mayor déficit se destina a abordar las brechas de infraestructura y capital humano, pero refleja principalmente un aumento de 0.7 pp del PIB en el gasto corriente (bienes y servicios) en comparación con 2018, mientras que el gasto de capital solo aumenta 0.2 pp del PIB.
El déficit del gobierno central alcanzó el 1,8% del PIB en 2018, por encima del 1,3% del PIB en 2017, debido a una mejor ejecución del gasto de capital.
El presupuesto de 2018 no fue aprobado por el Congreso y el presupuesto de 2017 siguió vigente.
El déficit del gobierno general de Guatemala está por debajo de la mediana ‘BB’ del 2,7% del PIB, pero el interés a los ingresos al 13,6% es el doble de la mediana ‘BB’ del 6,3%.
Fitch pronostica una carga de deuda pública relativamente estable.
La deuda del gobierno general al PIB del 22% (neta de las tenencias de la deuda del gobierno de seguridad social) es una de las más bajas en la categoría ‘BB’.
Sin embargo, la deuda de las administraciones públicas de Guatemala aumentó a 212% en 2018 de 199% en 2017 debido a un desempeño de ingresos débil.
Esta relación es significativamente más débil que la mediana de ‘BB’ de 154% y señala la menor tolerancia de la deuda de Guatemala en relación con sus pares.