Latinoamérica registró en marzo una inflación energética de 1,96%

Los directivos de Olade presentaron el informe de inflación energética

La diversificación de las fuentes de generación de energía son las claves para evitar apagones: Olade

La inflación energética anual de América Latina y el Caribe, que mide precios de ese sector en países de la región, fue de 1,96 por ciento en marzo de 2024 y una tasa mensual de 0,58%, informó este lunes la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade) y la Cepal.

La organización presentó este lunes en Quito, Ecuador por primera vez ese indicador, elaborado en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Para medir la inflación energética tuvieron en cuenta los valores de la electricidad residencial, los combustibles domésticos y los utilizados para vehículos particulares.

El dato de marzo de este año, comparado con igual mes de 2023, refleja una estabilización de precios luego de la tendencia ascendente producida entre 2021 y principios de 2022, como consecuencia de la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19.

El secretario general de la organización, Andrés Rebolledo, se refirió a la evolución de los precios durante los dos últimos años, donde hasta mitad de 2022 se observa una fuerte inflación que llegó a ser del 18,41 por ciento, y luego hubo una bajada sostenida hasta septiembre de 2023.

Rebolledo atribuyó el alza de los precios a la retirada de algunos subsidios durante la pandemia y a las consecuencias geopolíticas del conflicto Rusia-Ucrania.

Luego, el descenso, se debe -en su opinión- a una reactivación de la cadena logística de comercio internacional y a una mayor producción de hidrocarburos, incluso en Latinoamérica. “No tenemos cómo pronosticar en materia de inflación energética. Los acontecimientos son muy vertiginosos y nos impactan de manera importante”, apuntó.

En relación con la situación actual de apagones y crisis eléctrica en varias naciones, Rebolledo señaló que la diversificación es la clave.

“En América Latina, el 65 por ciento de la electricidad viene de fuentes limpias. De ese porcentaje, el 40 por ciento es de hidroeléctricas. La integración entre los países, a través de líneas de transmisión eléctrica, también ayuda mucho en tiempos de complejidad”, agregó.

También valoró la importancia de mantener contratos en materia de suministro a largo plazo (10, 15 o 20 años), lo que “genera estabilidad en el tiempo a los precios y se cubren respecto a ciclos de corto plazo”, así como fortalecer la integración eléctrica entre países para ser más resilientes frente a crisis de generación eléctrica como sequías en naciones que dependen mucho de centrales hidroeléctricas.

Artículo anteriorDictamen favorable para nuevo endeudamiento de El Salvador por $1.500 millones
Artículo siguienteIngresos de la ENEE aumentan a casi L12.000 millones en abril, por mayor consumo y tarifas