El riesgo país de Honduras sumó 539 puntos básicos (5,39%) el 6 de diciembre. Aunque es alto en relación al año pasado, se trata de una baja de más de dos puntos desde el mes de octubre cuando cerró en 8%. También mejoró un grado en la escala latinoamericana al pasar de la quinta a la sexta posición.
Según el índice EMBI (Emerging Markets Bonds Index o Indicador de Bonos de Mercados Emergentes), la rebaja en noviembre y primera semana de diciembre, deja a Bolivia en la quinta posición regional con 640 puntos. La peor posición latinoamericana la tiene Venezuela con 3.556 puntos, seguido de Argentina (2.378), El Salvador (1.929) y Ecuador (1.358 puntos).
El índice EMBI, es el principal indicador de riesgo país y está calculado por JP Morgan Chase. Es la diferencia de tasa de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países subdesarrollados, y los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se consideran “libres” de riesgo.
Este diferencial (también denominado spread o swap) se expresa en puntos básicos (pb). Una medida de 100 pb significa que el gobierno en cuestión estaría pagando un punto porcentual (1%) por encima del rendimiento de los bonos libres de riesgo, los Treasury Bills. Los bonos más riesgosos pagan un interés más alto, por lo tanto el spread de estos bonos respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos es mayor. Esto implica que el mayor rendimiento que tiene un bono riesgoso es la compensación por existir una probabilidad de incumplimiento.
La calificación de riesgo de país y riesgo soberano es un elemento clave cuando un país coloca deuda en el mercado internacional. Aunque la colocación de deuda (Bonos Soberanos) sigue siendo cara (alrededor del 10% bajo las condiciones actuales), no está en los planes inmediatos del Gobierno, según las autoridades monetarias y fiscales.
El gobierno, este año, se ha centrado en la reorientación de préstamos contratados en la administración anterior, nuevos préstamos con los bancos multilaterales y deuda interna a corto plazo provenientes de las reservas internacionales.
Sin embargo, el aumento del Presupuesto General para el 2023 obligará a mayor endeudamiento y los indicadores de riesgo son seguidos de cerca por los inversionistas y la banca internacional.
Riesgo soberano
Además del EMBI, las agencias calificadoras de riesgo crediticio, Moody’s, Fitch Ratings y S&P, emiten informes que son como cartas de presentación cuando un país decide emitir bonos de deuda en el extranjero. Los inversionistas internacionales usan los informes elaborados para decidir si compran títulos valores. Además, su criterio sirve de parámetro para calcular la tasa de interés a solicitar.
La nota asignada por cada una de las empresas permite a los países obtener financiamiento en una condición ventajosa o desfavorable, pues las empresas revisan las fortalezas y amenazas de cada emisor para brindarle una calificación. Cada entidad tiene su propia forma de calificar, pero las tres coinciden en que la nomenclatura AAA se otorga a los países con el menor riesgo y la nota D, la más baja, para los que cayeron en impago.
Al tercer trimestre del 2022, la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, indica que Panamá tiene la mejor nota, mientras que El Salvador es la nación más riesgosa. Honduras está en la tabla media con notas de B1 y BB-
La información muestra que, de los siete países de la región, solo Panamá cuenta con grado de inversión por parte de las tres agencias.
Las notas otorgadas sitúan a los panameños en un rango intermedio, pues está sujeto a riesgo crediticio moderado y a condiciones económicas adversas. El tema pendiente es que aún no ha podido aprobar reformas para fortalecer las finanzas públicas a mediano plazo.
El resto de países de la región, entre los cuales está Honduras, son emisores clasificados de grado especulativo porque son más vulnerables a las condiciones económicas y financieras. Sin embargo, poseen la capacidad para cumplir con sus obligaciones de pago.
Las peores posiciones regionales son para Costa Rica, Nicaragua y El Salvador. Los dos primeros podrían mejorar su posición tras lograr buenas opiniones del FMI en sus revisiones de Acuerdo y Artículo IV, respectivamente.
En contraste, El Salvador sufrió, en los últimos 12 meses, la degradación en la calificación de riesgo por parte de las tres agencias estadounidenses. La baja en la nota se dio porque la nación centroamericana tiene un limitado acceso a los mercados en medio de altas necesidades de financiamiento.
Además, en enero próximo tiene un vencimiento de $800 millones, lo que genera la posibilidad de un escenario de impago. El Salvador salió a la recompra de bonos soberanos que vencen el 2023 y evitar así, el riesgo de impago.