El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que el nivel general de inflación mundial descienda de 6,8% estimado en 2023 (promedio
interanual) a 5,8% en 2024 y 4,4% en 2025.
En su revisión de proyecciones de crecimiento global, el FMI prevé que conjunto, en aproximadamente 80% de las economías del mundo, los promedios de la inflación general y la inflación subyacente anuales desciendan en 2024.
No se ha revisado el pronóstico mundial para 2024, con respecto a las proyecciones de octubre de 2023, y únicamente se ha revisado a la baja en 0,2 puntos porcentuales para 2025.
“Se espera que la desinflación sea más rápida en las economías avanzadas, donde se prevé que la inflación descienda 2,0 puntos porcentuales en 2024, hasta 2,6%, que en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, donde se prevé que la inflación solo disminuya 0,3 puntos porcentuales, hasta 8,1%.
El pronóstico se ha revisado a la baja tanto para 2024 como para 2025 en las economías avanzadas, mientras que se ha revisado al alza para 2024 en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, debido sobre todo a Argentina, donde se espera que la realineación de los precios relativos y la eliminación de los antiguos controles de precios, la última depreciación de la moneda y su traspaso a los precios hagan subir la inflación en el corto plazo.
Las causas del descenso de la inflación varían según el país pero, en general, se deben a una caída de la inflación subyacente como consecuencia de una política monetaria todavía restrictiva, la posterior moderación de los mercados de trabajo y los efectos de traspaso de los descensos pasados y actuales en los precios relativos de la energía.
En conjunto, se prevé que, en aproximadamente 80% de las economías del mundo, los promedios de la inflación general y la inflación subyacente anuales desciendan en 2024.
En las economías con metas de inflación, se proyecta que la inflación general se sitúe 0,6 puntos porcentuales por encima de la meta en la economía mediana en el último trimestre de 2024, lo cual supone un descenso respecto de la brecha estimada de 1,7 puntos porcentuales al final de 2023. Es de esperar que la mayoría de estas economías alcancen su meta (o el rango de meta de inflación) a más tardar en 2025.
En varias de las principales economías, la revisión a la baja de la trayectoria proyectada para la inflación, combinada con una ligera mejora de la actividad económica, se traduce en un aterrizaje más suave de lo esperado.