El riesgo país doméstico ha venido cayendo en los últimos meses, alcanzando este mes de septiembre los niveles más bajos desde inicios de 2021. De acuerdo con datos de JP Morgan, el spread del Embi Honduras se han ubicado en valores mínimos de 2,86%. A inicios de la actual administración llegó a niveles de 9%.
A primera vista podría interpretarse como una señal de confianza resiliente en la economía nacional. Sin embargo, analistas advierten que la caída responde principalmente a un fenómeno regional y global, más que a factores internos de la salud financiera.
El Embi, Emerging Markets Bond Index, mide la prima que pagan los países por endeudarse frente a los bonos de Estados Unidos. La tendencia del indicador ha sido de descenso generalizado en América Latina desde mediados de 2024, en línea con una mayor disposición de los inversionistas internacionales a asumir riesgo en los mercados emergentes.
Aún así, la mejora del indicador Embi permite al país colocar bonos soberanos a menores tasas.
A nivel centroamericano, la mejor posición la tiene Guatemala con un 1,62% (al 9 de septiembre) y Costa Rica 1,89%. Pero Honduras está mejor posicionado que El Salvador que registra un 4,09%.
En Latinoamérica la mejor posición la tiene Uruguay (0,71%) y Chile (1,08%), mientras Venezuela tiene la peor posición con 161,8%.
Según los analistas, este año el comportamiento no debe interpretarse como un síntoma de mejoría particular, sino como el reflejo de un ajuste en la percepción global del riesgo.
El contexto internacional ha jugado un papel determinante. La menor aversión al riesgo global se ha reflejado en la fortaleza de los mercados de acciones en Estados Unidos, donde el índice S&P 500 ha marcado nuevos máximos históricos.
Ese apetito por riesgo, especialmente en los últimos cinco meses, ha impulsado flujos hacia mercados emergentes y ha favorecido la reducción de los spreads de deuda.