En Honduras el mandatario tiene una gran aceptación pública
El reporte de la firma BCP Securities, que se especializa en investigación y análisis de mercados emergentes, advierte que a nivel local hay temor a que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele tome medidas drásticas como nacionalizar los fondos de pensión, desdolarizar la economía o incumplir pagos de deuda.
Un reporte elaborado por Walter Molano, economista jefe para mercados emergentes de BCP Securities, enfatiza lo frágil de la economía salvadoreña y advierte que el presidente Nayib Bukele podría tomar medidas desesperadas para obtener fondos.
“Desesperado por fondos, él (Bukele) podría optar por medidas drásticas, como la nacionalización del sistema privado de pensiones, abandonar la dolarización de la economía reintroduciendo el colón o cayendo en impago con deudas externas. Esta es la razón por la cual algunos locales tienen temores sobre el joven y temerario presidente”, advierte el reporte originalmente en inglés.
Molano escribe que el panorama político parece calmado y que Bukele tiene un sorprendente alto nivel de popularidad a pesar de la pandemia, pero que ya ha mostrado su lado autoritario.
Primero cuando se separó del FMLN, antes de unirse a GANA, y más recientemente, el 9 de febrero cuando entró con el ejército al salón azul de la Asamblea Legislativa.
“La dolarización de la economía ha servido como una camisa de fuerza monetaria y fiscal, dado que las autoridades económicas no tienen la capacidad de imprimir dólares”, dice el analista y señala que el déficit fiscal llegó a 5,2% del PIB a finales de junio, esto más la fuerte caída de la economía “está impulsando la deuda a cerca del 100 % del PIB”.
Molano describe a El Salvador como uno de los países más pobres del hemisferio, con una alta dependencia a productos agrícolas y una fuerte concentración de tierras en manos de pocos. Una de las causas de los movimientos sociales y migraciones en masa, sobre todo a Estados Unidos.
La calificación de riesgos de El Salvador, según Fitch, es de B- con perspectiva negativa, es decir que se prevé que podría empeorar. S&P también califica al país con B- y Moody ‘s con B3. Esto significa que prestarle al gobierno es riesgoso.
El Estado sigue buscando más préstamos y para el próximo año requerirá de otro paquete de financiamiento para cerrar la brecha en el presupuesto entre los ingresos y los gastos.