El Bank of America presentó sus proyecciones para 2025, las cuáles dan señales de optimismo y fortalecimiento en el mercado de valores estadounidense, apalancado por un crecimiento en la economía y un frenazo en el PIB de China, pero con temores por el comportamiento del petróleo y con la incertidumbre de las decisiones de la Reserva Federal sobre la política monetaria.
La atención de los mercados internacionales estará en los cambios políticos, con el arranque del gobierno de Donald Trump, que tomará decisiones en materia arancelaria, de política fiscal y otras de ámbito regulatorio, que no solo impactarán a Estados Unidos, sino a otros países.
“En 2024, el crecimiento sorprendió al alza y la inflación avanzó en la dirección correcta, lo que permitió que los bancos centrales comenzaran a relajar sus políticas, que los activos de riesgo tuvieran un buen desempeño y que las acciones globales alcanzaran nuevos máximos”, dijo Candace Browning, directora de Bank of America (BofA) Global Research.
La primera predicción va atada al S&P, indicador al que le apuestan una subida de más de 10% en el próximo año, y que el crecimiento de sus ganancias se acelere hasta 13% durante 2025.
Sobre la economía estadounidense hay una predicción positiva, teniendo en cuenta la expectativa en el crecimiento de la productividad. La previsión es que el PIB interanual sea de 2,4% para 2025 y 2,1% interanual para 2026.
“Pero a medida que nos acercamos a 2025, la incertidumbre política ha aumentado sustancialmente. Muchos de los cambios de política esperados deberían ser positivos para las acciones estadounidenses, pero mucho depende de su momento y de cómo responda el resto del mundo”, agregó Browning.
En ese sentido esperan que la Fed recorte por lo menos dos veces sus tasas, logrando una reducción mínima de 25 puntos básicos durante el primer semestre. Luego podrían congelarse, por un tiempo indeterminado.
BofA le apuesta a un positivo rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, los cuáles tendrían un retorno entre 4% y 4,5%.
Pero por el lado de los commodities, hay una probabilidad que se debilite la demanda de materias primas, mientras se presenta un exceso en la oferta de petróleo y cereales. Pero, el oro sería uno de los metales que tendría un desempeño positivo y “debería alcanzar un máximo de $3.000 la onza”, agrega el informe de previsiones.
Sobre el dólar, existen ciertas preocupaciones, sobre todo por que “hasta la primera mitad de 2025 los impulsores alcistas deberían disminuir en medio de una política y una perspectiva de crecimiento menos seguras”, por lo que podría haber riesgos de depreciación.
Las proyecciones también tienen miras en el ámbito internacional, y consideran que los mercados emergentes enfrenten riesgos a corto plazo, ya que la incertidumbre sobre la política estadounidense les haga tener ciertas “caídas”, pero esto generaría interés en los inversionistas. Esperan que el escenario mejore cuando el dólar llegue a su rendimiento máximo del año.
Sobre China, BofA le apuesta a un debilitamiento como consecuencia de las medidas arancelarias que llegarían con el nuevo gobierno. “Se espera que el crecimiento del PIB real de China se desacelere al 4,5% interanual en 2025 y que el estímulo de la demanda interna compense cualquier impacto de los aranceles con un rezago”, agrega el documento.