El Banco Mundial actualizó sus proyecciones de crecimiento en 2024 para los países de América Latina y el Caribe, los datos de octubre muestran una mejora a nivel general si se compara con las previsiones que la entidad lanzó en junio. La economía del conjunto de la región subirá 1,9% al cierre del año, mientras que en 2025 espera que se eleve 2,6%.
“América Latina y el Caribe está cerca de ganar la batalla contra la inflación y dar vuelta a la página de los problemas macroeconómicos causados por la pandemia. Las autoridades monetarias de la región gestionaron el desafío de varios años al menos tan bien como sus contrapartes en las economías avanzadas, dando una nueva muestra de gestión macroeconómica competente”, señala el informe.
“Las tasas de interés, tanto en la región como recientemente en Estados Unidos, han estado disminuyendo, lo que alivia la presión sobre los hogares y sectores bancarios, generando expectativas de una actividad económica más fuerte”, añade el reportel BM.
Las cifras de 1,9% en 2024 y 2,6% en 2025, son “bajas” a nivel mundial que ponen de relieve los “persistentes obstáculos estructurales” de la región.
El organismo presentó su informe ‘Panorama general: impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento’, que cuenta con una actualización de las perspectivas de crecimiento difundidas en junio de 2024.
La ligera subida es fruto de que “algunos países están haciéndolo un poco mejor que lo esperado”, pero es tan “ligera” que no se le puede dar “demasiada importancia” y es también resultado de “las caídas en las tasas de interés”, explica William Maloney, economista jefe para la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
La zona ha recuperado “el crecimiento al nivel que tenía antes de la pandemia” y la inflación “se ha controlado en gran medida”, pero “el problema sigue siendo la disminución del dinamismo a largo plazo”, es decir, que “las perspectivas de crecimiento son relativamente débiles”, añadió.
De entre las principales economías de la región, el BM redujo en seis décimas sus expectativas de crecimiento para México por “las tasas de interés más altas, la disminución del fortalecimiento del peso y cierta disminución de la inversión”, hasta el 1,7% este año y el 1,5% el que viene.
En el caso de Brasil, el organismo aumentó en ocho décimas sus previsiones para este año hasta el 2,8% y mantuvo en el 2,2% las del año que viene. Argentina mantiene las estimaciones con respecto a las cifras previstas en junio y decrecerá el 3,5% este año, mientras que crecerá el 5% el año que viene.
Sobre Colombia, el BM elevó dos décimas las previsiones de 2024 hasta el 1,5% y para el año que viene las situó en el 3%, dos décimas menos de lo estimado en junio.
En cuanto a Chile, crecerá el 2,5% este año, una décima más de lo previsto, y el 2,2% en 2025, la misma cifra.
Perú, por su parte, incrementará el 3,1% en 2024, dos décimas más de lo anticipado, y el 2,5% el año que viene, una décima menos.
El BM mantuvo las expectativas para Ecuador en un crecimiento de solo tres décimas este año y 1,6% el que viene. Y sobre Guatemala mejoró las de este año en siete décimas hasta el 3,7% y en cinco décimas las del siguiente, hasta el 4%.
Obstáculos estructurales
Algunos de los obstáculos estructurales que impiden que el crecimiento de la región sea mayor, según Maloney, es que se invierte un 3,5% del PIB en infraestructura, mientras “por ejemplo en Asia se invierte más del 6%”.
“Los sistemas educativos públicos no están a nivel mundial, tenemos problemas de seguridad pública y dificultades para hacer negocios en la región”, afirmó.
Tampoco se está beneficiando, por el momento, del ‘nearshoring’ (acercar la producción a los mercados próximos) ya que todavía “no se ven muchos flujos de capital hacia la región”. “Hay una falta de visión por parte de los gobiernos en cuanto a cómo colocarnos en las nuevas cadenas de valor”, afirmó.
La región tiene, por ejemplo, un “enorme potencial” en la transición energética como posible fuente de energía limpia, que no está aprovechándose.
“En general tenemos que revisar nuestros ecosistemas empresariales y los sistemas de innovación para que las empresas locales puedan absorber tecnología y aumentar su productividad”, explicó.
Riqueza
En el informe presentado, el BM estudia los impuestos a la riqueza como alternativa para generar espacio fiscal, igualar los ingresos y estimular el crecimiento. “Sería muy bueno si pudiéramos bajar el peso de los impuestos que se encuentran sobre el sector productivo y desplazar estos impuestos sobre la riqueza”, dijo Maloney.
En la actualidad, América Latina y el Caribe tienen algunos de los impuestos a las corporaciones más altos a nivel mundial, con un promedio de 24,7%, por encima del promedio de la OCDE del 23,9% y de Asia, del 19%.
Sin embargo, la región recauda solo el 2,7% de sus ingresos a través de impuestos a la riqueza, en comparación con el 12,8% en América del Norte y el 4,3% en Europa occidental y central.