Arabia Saudita recuperó el puesto de mayor proveedor de crudo de China en los dos primeros meses de 2022, tras haber sido superada por Rusia en diciembre, mientras los envíos rusos cayeron 9% ya que el recorte de las cuotas de importación llevó a las refinerías independientes a reducir sus compras.
Las llegadas de crudo saudí totalizaron 14,61 millones de toneladas en enero-febrero, equivalentes a 1,81 millones de barriles por día (bpd), debajo de los 1,86 millones de bpd del año anterior, según datos de la Administración General de Aduanas del domingo.
Las importaciones procedentes de Rusia ascendieron a 12,67 millones de toneladas en los dos meses, o 1,57 millones de bpd. Esta cifra se compara con los 1,72 millones de bpd del periodo correspondiente de 2021.
La demanda del emblemático crudo Espo de Rusia por parte de las refinerías independientes chinas se vio afectada por las medidas enérgicas de Pekín contra la evasión fiscal y el comercio ilegal de cuotas de importación.
El Gobierno también recortó su primera tanda de permisos de importación de crudo de 2022 a las refinerías independientes para eliminar la capacidad de refinado ineficiente.
Las importaciones de Rusia podrían caer en marzo, mientras los compradores de todo el mundo rehúyen sus cargamentos a raíz de la intensificación de la crisis de Ucrania. Sin embargo, Reuters informó de que el productor ruso Surgutneftegaz estaba trabajando con China para eludir las sanciones occidentales y mantener las ventas de petróleo.
Los datos aduaneros del domingo mostraron que 259.937 toneladas de crudo iraní llegaron a China en enero, casi el mismo nivel que en el mes previo, las primeras importaciones registradas por los datos oficiales chinos desde diciembre de 2020.
Los envíos se produjeron en momentos en que Teherán y las naciones occidentales mantienen conversaciones sobre la reactivación de un acuerdo nuclear de 2015, lo que apunta a un posible levantamiento de las sanciones de Estados Unidos sobre las exportaciones de petróleo de la república islámica.
Las aduanas chinas no registraron ningún cargamento iraní en febrero. Los datos oficiales de China tampoco mostraron ninguna importación de Venezuela, que también está sometida a sanciones estadounidenses, en enero y febrero.