Eduardo Almeida, representante del BID en Honduras, advirtió que la economía global se dirige hacia una desaceleración de dos a tres años y por ello los gobiernos como el de Honduras deben tener un plan anticíclico que evite una mayor caída de la economía.
“La desaceleración del crecimiento, es un tema que ya se esperaba. Hay indicaciones bastantes claras de que los próximos dos o tres años van a ser años muy difíciles, desde el punto de vista de crecimiento económico y no solamente por una baja de la propia demanda”, señaló.
Al igual que el FMI, el representante del BID sostiene que la guerra comercial entre Estados Unidos y China se extenderá al sector financiero.
“Esto tiene un impacto directo sobre Honduras, que depende mucho de la exportación, en particular de los commodities agrícolas, el café, cacao, y en particular hacia el mercado americano”, agrega el ejecutivo.
La exportación de café cayó 16% este año.
En la mayoría de los casos, opina Almeida, cuando hay una desaceleración económica, los países lo que hacen es elaborar un plan anticíclico.
Un plan con tres pilares
“Es un plan en contra del ciclo de baja, de desaceleración y los países lo que hacen es trabajar sobre tres aspectos importantes, un aspecto que es la gestión de medidas compensatorias, segundo, todo lo que es inversión para generación de empleo y en tercer lugar es todo lo que es trabajar sobre la gestión del capital humano”, declaró.
De acuerdo con el funcionario, el gobierno ya está construyendo un plan anticíclico basado en estos tres pilares y tiene un pacto preliminar con el sector privado.
“Hay dos medidas muy importantes, una es la gestión de la agricultura, en particular con los pequeños productores que requiere crédito y tecnologías, además de trabajar sus programas de reforestación que generen empleo”, estima.
Para estos programas el BID aportaría préstamos blandos por 90 millones de dólares y para el fin de año se sumarían 35 millones de dólares del Fondo Verde para enfrentar el cambio climático.
“Al mismo tiempo acompañamos el plan del gobierno de reestructurar el sector de energía eléctrica que necesitará de recursos blandos y una readecuación de deudas para evitar que aumente el déficit fiscal que se debe seguir reduciendo”, estimó Almeida.
Reducir las pérdidas de energía (31% de la generación), y la deuda externa de la ENEE, será clave para que el gobierno pueda tener “recursos para invertir en educación, salud o en programas del plan anticíclico”, concluyó.