Los resultados fiscales de Costa Rica, con clasificación BB/Estable hasta el primer semestre de 2024, indican una meseta en el impulso fiscal positivo con un crecimiento del gasto superior al crecimiento de los ingresos, lo que resulta en una reducción del superávit primario, dice Fitch Ratings en su evaluación eeconómica.
Las tendencias no indican un riesgo material para el perfil crediticio soberano, especialmente porque el país continúa registrando un superávit primario, agregan. Sin embargo, sí sugieren un impulso positivo moderado en la calificación soberana observada en los últimos dos años.
Los ingresos acumulados del gobierno central hasta junio aumentaron solo un 1,6%, por detrás del crecimiento del PIB nominal del 3,9% y del crecimiento del gasto. La desaceleración fue impulsada principalmente por una disminución del 6% en los impuestos sobre la renta.
Los gastos aumentaron un 8,5% durante el mismo período, impulsados por un aumento del 7,6% en los salarios y del 10,4% en los pagos de intereses. Como resultado, el déficit general se expandió al 1,5% del PIB, frente al 0,9% en 2023, y el superávit primario cayó al 0,9%, frente al 1,4% en 2023.
Ley de eurobonos
“Cada vez es más probable que Costa Rica no alcance sus objetivos fiscales en virtud de la ley de eurobonos de 2022, que es una condición legislativa previa para emitir más eurobonos. La deuda externa del gobierno requiere una supermayoría de dos tercios del Congreso. Esto ha generado incertidumbre sobre la capacidad de financiamiento del gobierno”, señala Fitch.
El gobierno presentó una reforma a la ley de eurobonos para relajar los objetivos de superávit primario y pago de intereses y propuso posponer las emisiones de eurobonos planificadas para 2024 y 2025 por un año hasta 2025 y 2026, respectivamente.
El objetivo es reducir el superávit primario necesario para emitir eurobonos al 1,3% del PIB desde el 1,85% actual. También ha solicitado aumentar el límite permitido para los pagos de intereses al 5,1% del PIB desde el 4,9%. Es posible que no necesite emitir un bono externo para completar sus requisitos de financiamiento, opina Fitch.
La propuesta del gobierno de relajar los objetivos fiscales señala los desafíos para adherirse a los objetivos fiscales contenidos en la ley de eurobonos. Los objetivos fiscales de los eurobonos son más restrictivos que la regla fiscal, ya que se basan en resultados fiscales efectivos y no en estimaciones presupuestarias.
La ley de los eurobonos establece límites al saldo primario (1,85% para 2024, 2,25% para 2025 y 2,45% para 2026) y al pago de intereses como porcentaje de los ingresos del gobierno (4,9% en 2024, 4,6% en 2025 y 4,3% en 2026). La regla fiscal limita el crecimiento del gasto público en función del crecimiento nominal previo del PIB. La revisión de los objetivos de los eurobonos no implica un incumplimiento de los objetivos de la regla fiscal.
La reciente flexibilización fiscal no plantea un desafío a la calificación del país. El mantenimiento de un superávit primario, aunque algo reducido, junto con la mejora de los costos de endeudamiento interno significará que la disminución sostenida de la relación deuda/PIB del gobierno y la relación intereses/ingresos continuará, aunque de manera más gradual.
Fitch prevé que la deuda del gobierno general (consolidando las tenencias del instituto de seguridad social) caiga al 55,4% del PIB en 2024, en línea con la mediana actual de ‘BB’ del 55%.
El crecimiento económico se ha mantenido robusto, con un promedio de 4,6% en el primer semestre del año, respaldado por una fuerte demanda externa, el consumo privado y el crecimiento de la inversión. La demanda externa se ha mantenido resistente a pesar de la significativa apreciación del colón de Costa Rica en más del 30% desde mediados de 2022. La posición externa también se ha fortalecido. Un estrecho déficit de cuenta corriente junto con fuertes entradas de capital han permitido que las reservas extranjeras crezcan un 23% este año.
Las finanzas públicas siguen siendo un factor de sensibilidad crediticia negativo para Costa Rica. Una reversión de la política fiscal que dé como resultado un aumento de la deuda pública y mayores restricciones a la capacidad de financiamiento del gobierno serían factores de riesgo crediticios potencialmente negativos.
Entre los factores de sensibilidad crediticia positivos se encuentran las disminuciones sostenidas de los coeficientes deuda/PIB y de intereses/ingresos del gobierno, la reducción del estancamiento político que apoya las reformas y la flexibilidad financiera, y la mejora de los colchones de liquidez externa.